De las letras no se vive, o no se
vive bien. Para ser escritor se necesita escribir sin faltas de ortografía, una
excelente redacción y usar correctamente el idioma. Y tú querido mi mismo no
tienes nada de eso, ósea que cumple tu deber de escribir en un blog y olvídate
de lo demás.
Otro error de vida y me di cuenta
cuando busque en la red “se busca escritor”, me apareció una convocatoria de
una Beca en Barcelona, en donde más o menos buscaban un tipo como yo. Un tipo con
ganas de escribir narrativa. A saber si mi genero es narrativa, a saber si las
letras que pongo en un monitor tienen lo que se necesita para convencer a tres
literatos de apostar una cantidad de euros en el sexy y barrigón. Pero no lo podre
saber hasta el año que entra, si es que se la mentada beca se abre todos los
años. Dicen que las oportunidades vuelven a pasar, si sales a buscarlas. Espero
sea cierto este lema de los positivos.
No sé bien si escribo por tacaño,
pues las consultas con buen psiquiatra salen como lumbre, o escribo para gustar
o simplemente me gusta escribir. A mí me gusta como escribo cuando no me leo.
Tal vez me este auto boicoteando y me resisto a dejar colgada la corbata en la
pared, para llenarme los dedos de tinta.
Por ahí un buen amigo me comentó
que solo hacían dos cosas para escribir:
1).- Tener algo que decir.
2).- Decirlo.
Sacrificar las comodidades que
dan el título profesional, para ser profesional en la bohemia me aterra, tengo
que cortar un mundo de paradigmas adoptados y otros heredados. Antes de que
caiga el meteoro del dos mil doce. Tal vez no tenga los cojones necesarios, o
tal vez no tenga la claridad mental para saber que una buena novela puede darme
los sueños más lujuriosos y materiales de la vida de las letras. Tal vez necesite un disparo de adrenalina
para decidir salirme de la zona de confort.
Los escritores son tan
necesarios, como los plomeros, los abogados, los doctores. En ocasiones nos
ponen las alas en los pies y nos llevan a otros lados, menos tediosos que la continuidad
de la existencia.
Me da pánico. Y eso es válido.
Pero desde ahora continuo la novela
pendiente, le cuento infantil pendiente y pendiente de las becas que buscan
personal loco como este que escribe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario