ACOMÓDATE

Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







martes, 28 de febrero de 2012

Un despertar insipido.



Soy un pésimo novio pero muy buen ex. De hecho tan bueno soy que me desaparezco como preso en un penal de máxima seguridad de Nuevo León. Jamás busco o bueno dejé de hacerlo cuando me di cuenta que los intensos con el corazón descorazonados son una pesadilla para los sicarios de ilusiones. Hay que saber retirarse y ser implacable en la decisión de alejarse de aquel o aquella que nos regalo un no te quiero. Alejarte para que te valoren y que casi siempre termina en una des valoración de la otra persona y nunca sabemos lo que podemos esperar.

El adiós silencioso es mejor para mí, que el adiós acompañado de justificaciones que suelen ser una bonita colocación de palabras para no hacer daño. Porqué estoy escribiendo como si estuviera despechado, posiblemente me siento un poco aburrido y un tanto perverso. 

Después de haber dormido doce horas, me levanté con cruda de sueño, le debía muchas horas a mi cuerpecito, por lo visto. Saldamos las cuentas con el sueño. Quiero escribir 

No sin antes darme un baño a conciencia. La temperatura del agua es la necesaria para desplumar un pollo, dejó que el vapor se condese en el espejo, para que a la hora de peinar mi greña, lo primero que vea sea mi cara de idiota regalándome una sonrisita de complicidad. Tomo el cepillo de dientes azul, me fijé en las cerdas, pues uno con los que habito ha comprando un cepillo muy igual, cepillo 30 veces cada lado, las muelas la encías hasta la lengua En la concina me esperaba mi desayuno de campeones: Un vaso de agua acompañado de café y un panecillo con mermelada cortesía de la Tía rosa. Es hora de vestir mis cueros con el mejor traje que tiene colgado mi closet por el puro gusto de hacerlo.

Guardo las caricias en el congelador esas que me sobraron de la noche anterior, últimamente estoy abriendo bares junto a mi corazón, y tomó whiskey con agua bendita. Buscando un isla para naufragar. La vida del hombre de traje gris está iniciando a gastarme un poco, estoy con el temita de meterme a vivir a una comuna Hippie, pero no creo que el ese papel este en mi película de vida.

Camino por la calle, en la baqueta una señorita limpia la banqueta con bastante agua y jabón, todos deberíamos hacerlo diario así no tendríamos tanta tierra en los zapatos, ¡mis zapatos¡ no los he boleado en unos días, bajo la mirada y si se ven bastante desentonados con el traje que me puesto hoy.  Mañana estarán tan relucientes que podre ver mi rostro en ellos. Espero en la estación mi trasporte, está completamente vacío como si fuera días festivos me gusta tener espacio en los medios masivo de trasporte.

Mi mirada se queda atenta a un espectacular, donde aparece una mujer irreal. Destinada para que las personas normales compremos trapitos íntimos, que ni en sueños se verán como ella cuando son montados en los cueros de muchas chicas de ciudad. La mete vuela de inmediato a esa mujer florero que conocí una vez.

Me monto un viaje al pasado, para terminar la plática que dejé a la mitad con esa niña, de cuando decidió que mi señorío no le venía nada bien por no ser heredero de una gran fortuna.

 Le digo en mi imaginación Y no voy a sufrir más por ti y tu indiferencia, así es que “Ponte a trabajar”.”
Que mal que no se puede retornar en el tiempo para hablar sin estar aturdido.

Llegue al trabajo media hora antes de lo acordado por el reglamento interior para empelados como yo, hay que reforzar las vitaminas que tomo, medio litro de un jugo llamado vampiro, elaborado de zanahoria, betabel y apio. Suena bastante sanó he insipido el inicio del día hoy.
Y el de usted?
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Se despide este Sexy y Barrigón.


lunes, 27 de febrero de 2012

Crónicas Chilangas.



Ten cuidado querido amigo, porqué en la ciudad de México tus amigos son medio tus amigos y tus enemigos son de verdad. Fue la sentencia que me dio un señor tapatío al momento que le comenté que me tendría habitar la ciudad capital de mi querido País.

Se equivocó en parte, en esta ciudad encontré no solo buenos amigos sino que unos en tiempo record se han convertido en hermanos.  Me refiero a ese sentimiento muy a la mexicana donde se supera el sentimiento de amistad y los extraños se convierten en amigos y de amigos se hacen acreedores si es necesario hasta a un riñón. Si me hubiesen dicho que encontraría tan buenas amistades seguramente me hubiera escapado antes a vivir en el bendito anonimato que ofrece este lugar para los provincianos que escapamos del nido materno en busca de nuestro propio camino.  

También me he topado con cada ejemplar capitalino, en donde con gusto les aplicaría aquel lema ochentero que rezaba “Has patria y mata a un chilango”. Muchos tipos y tipas que les he deseado el aborto retroactivo.

A casi cuatro años de fuga, cada que visito Guadalajara a una boda me preguntó ¿Qué hago en México?. Si aquí todas las tapatías son lindas de forma y de modos. Pero tenía que probar fortuna y sé que muchos aseguran que no he de volver. 

Ahora que lo reflexiono mi quedada en esta mi cloaca prefería. Sé que se debió a cuestiones amorosas. La primera fue una sentencia de autoexilio, estaba enamorado hasta el hueso y sentía que mi tierra natal solo recibía lindas críticas aunado a que la señorita que en ese tiempo fue dueña de todo lo que tenía, que no era nada pero todo se lo di (1). Se lo pasaba en otra ciudad y una vez me entere que se la pasó mejor con otro tipo que no era yo. Apestado ante la sociedad, sin trabajo, humillado y descorazonado, tomé la fácil decisión de: ¡Vámonos a la capital a probar suerte¡. Después ella se enamoró de mí o se encapricho, nunca supe distinguirlo. Pero ya estaban muy dolidos mis huesos como para dar más besos y de cargar rencores baratos.  

Cuándo creía que terminaba la aventura, el Caribe me presentó a otra señorita chilanga tapatía que en cuanto la vi, mi corazón se revolcó en su propio eje y con un solo beso de elevador, me motivó a la segunda sabia decisión de quedarme, para ver si podría quedarme con ella una buena temporadita, solo fueron dos o tres meses pero valió la pena haberlo intentado, nunca he encontrado una buena excusa para cambiar que no sea por amor y por ella quería cambiar no solo de hábitos sino hasta de lugar de residencia. Lástima que no pude ganar la partida incluso teniendo la mano ganadora.  Nunca puede cambiar el “no te creo nada” por un “te quiero así”.

 Después llegó la época de las princesas y mi coraza sentimental. Por más que quería y deseaba enamorarme me llegaba ese sentimiento cutre de querer dejar el mundo por las señoritas pero después me aburría y sabía que no eran para mí. Amor fugaz, amor momentáneo pero al final amor.

Por ser así cause daño y tendría que decir que me arrepiento, pero sería tan falso como lo es un billete de treinta pesos. No me siento orgulloso de mis patanadas, pero soy gran fan de mi derecho de buscar la media naranja aunque en el inter exprima o me expriman unas mandarinas.
Ahora soy feliz entre contratos y la búsqueda de mi raquítica vena artística.
Y a usted? Cómo lo trata la vida.

(1).-Este lema se lo robe al Sabina y él se lo robó a José Alfredo Jiménez.        

viernes, 24 de febrero de 2012

El instinto de bicho difícil de pisar.


Lunes y martes me llamaron Emo, miércoles me recordaron cariñosamente a mi madre, jueves me llamarón insípido. Al menos estoy haciendo algo bien, hoy a saber que me toca de seguro me dirán lesbianita panzona y sexy. Como sea, agradezco de corazón los adjetivos calificativos.

Es la mañana de un soleado viernes, camino a la oficina con cigarrillo y la sonrisa maligna. Quiero purgar los demonios de mi interior esos que te gritan cuando la tempestad truena a través de tu vida. Pero que en el inter una mala maniobra que realice al tratar de esquivar a una gordita con pies chiquitos que se cargaba toda la flojera del mundo por llegar a su trabajo, terminó en la tragedia del café envarado en la camisa.

Siempre me gane el mote del sucio por torpe, no importa qué haga, siempre queda parte de mi desayuno en mi camisa, parte de la comida en la corbata y en para la cena mejor no hablamos. 

Ayer en la comida mi querida amistad Peter Escobedone me acabó, aconsejo entre risas que terminara mi vida pronto, o que me dedicara a la bohemia. ¿O que terminara mi vida en bohemia?. Tirar todo el talento de abogado no suena mal, pero no podre hacerlo. Al menos no mientras no funde mi asociación civil llamada “Adopta un vago escritor A.C.”. En donde almas caritativas den sus pequeños donativos para contratar una secretaria sexy que tenga talento con la ortografía, haga buen café, conozca de bares y se deje besar.  
  
Soy malvado cuando he pensado que todas mis decisiones han sido las incorrectas. No tengo que vivir una vida llena de conflictos, siempre he tenido el sonido de la respiración antes de que llegué el beso, aún tengo noches interminables con risas y alquitrán. Siempre hay quien me regale un abrazo muy largo, una mirada de complicidad, todavía tengo muchas actividades pendientes para seguir probando que soy una mala influencia.  Me falta darle de que hablar a la sociedad.

Finalmente gané lo que nadie ha perdido y estoy viendo un mundo en otro mundo dentro de mí. Aun conservo el instinto de bicho difícil de pisar.

jueves, 23 de febrero de 2012

El parque España


Caminando por el parque España acompañado de mí amiga Marina a un lado, con una oleada de frikis que pasan por ahí los domingos. Unos que juegan a los medievales, otros que juegan a las guerras de las galaxias, otros que no hacen otra cosa que existir en el bendito anonimato de esta ciudad capital.

Pero nada como el Teletubi y la señorita de 45 años que nos abordaron, solicitándonos que qué podían hacer por nosotros para que tengamos un buen día. Que si un beso, que si un abrazo que si una palmadita. Yo quería decir rapidito que se tiraran a las vías del metro, pero mi amiga Marina que es santa del Budismo sin ultranza se me adelantó y solicito un abrazo de estos amantes de los demás. No me quedó otra que pedir lo mismo, y ahí estoy abrazado de los extraños. En contra prestación tendría que abrazar a cincuenta extraños, así como así. Los mandé bien derechito a la goma. Vamos que estamos mal, pero tampoco es como andar abrazando a todo el mundo, basta con respetarnos para vivir en un lugar feliz. Además estaba un poco agrio de las bisagras y por cortesía, si estas sudoroso no regales abrazos fraternales.

Ahora que vivo con la Marina he tratado de ser un poco más verde y hasta tengo un nuevo amiguis que no es del face, es un perro negro que es propiedad de la Marinita. Dicho dogo es mitad cabrón mitad gay. 

Y de buen ánimo lo saqué a pasear por las praderas de la tacubella. Todo bien hasta que el perrito se puso de cuclillas y después de un rato, una sexy inmensa montaña de mierda estaba decorando las banquetas de esta ciudad. No puedo dejar ese Everest ahí, hay que tener conciencia ciudadana y levantar el pastelito. 

Con una bolsa en mano me aproximo y el olor hace que mis costillas truene y un torrente de comida quiera salir de mi estomago. A dos de devolver el estomago, pero misión cumplida en mi mano tenía algo parecido a la plastilina pero con un olor capaz de hacer vomitar, ¿Y ahora? En dónde se tira esto, no encontré un maldito bote de basura. Porqué piden que recojan la mierda de los perros sino hay en donde depositarla. Pero hay voy coquetamente caminando, la corea del perro en una mano y en la otra una bolsita llena de popo, que bueno que el vecino dejo su bote de basura disponible porqué ahí la deposite. Con todo y la penita.

Pero no era todo lo que el Káiser tenía que darme esa noche, porqué no aventarse otra montaña, y el mismo método para recoger aquel nuevo pastel, claro con sus dosis de asco, pero esta vez lo termine depositando coquetamente en la basura de la caseta de policía que tiene de todo menos policías.  En fin me quedaron ganas de no tener perro o de plano exigir a las autoridades correspondientes más botes de basura funcionales. O les tirare la mierda de perro en sus casas.

Ahí está el detalle joven, de nada sirve tener una solida mentalidad de cuidar el medio ambiente. Si el gobierno no respalda estas acciones. Porque créame caminar media hora con un kilo de mierda en la mano esperando un basurero funcional y no encontrarlo es frustrante.

Y por aquello de las maldiciones de los frikis este fin de semana estaré en un bar de la ciudad de México repartiendo abrazos y besos que en esta época de balazos ambas cosas se agradecen.

Pd. Tristeza dónde estas escribía mejor con la depre.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Buenos días, favor de no joder el día de hoy.




Toda la tarde no puede dejar de pensar, porque me comentaron que ya no entretengo cuando escribo. ¿Se acuerdan cuando escribía sin faltas de ortografía y temas importantes?, ¿no? Yo tampoco.

Seis de la mañana ya despierto, viendo el techo esperando que el timbre del despertador suene.  Me desperté con dolor de sueños rotos y todavía bostezando. Vi el espejo con horror, el rostro que se reflejó no era el mío.  Al menos no me sentía tan mal como me veía. Una cara de adicto a la cortisona, marcada con rasguños de sabanas y un par de lagañas que gustosas se colgaban de mis ojos inyectados de sangre.

No hay emoción en caminar por la calle escuchando el progreso andar montado en automóviles que no van a ninguna parte. No hay amor en la viejita que me reclama que no fume en su presencia, cuando la veo en su silla de ruedas. La detestó, quién se cree, merece respeto solo por estar fría y no tener amor en su cuerpo marchito, qué no previó su futuro. Qué no ahorro dinero para poder pagar su funeral y estirar las piernas dignamente en espera del más allá. Si no soporta el humo de mi tabaco yo tampoco la soporto a ella. Respeta mi derecho a fumar en vía pública y yo respetaré tu derecho al malhumor senil.

Durante el día estoy bien porque hay cosas por hacer, cosas para pasar el tiempo, el humo y mi taza de café, un programa malo de televisión, repasar dos contratos más. Estar alerta de las emergencias legales de la empresa. No sé si soy yo el que trabaja o es mi doble que es un abogado sin tripas sensoriales el que lo hace. 

Después inician las noches solitarias, y no tengo ganas de asistir a acompañado de extraños, mi espíritu ha muerto cien veces y al día siguiente aún está vivo independientemente que sienta que todo lo que haga es una pérdida de tiempo. Todavía creo en mi, lo he hecho todo el tiempo, no importa si las personas han dejado de creer en mí, si pueden creer en cualquier tontería que dejen de hacerlo en mi es todo un honor.

Miles, podrán sentir lo mismo cuando la noche nos aplasta con recuerdos, no es normal levantar tu ojos al cielo suplicando un rayo que te pulverice el sabor a metal que deja la monotonía en la boca. Soy consciente que perdí mi tiempo en todas las cosas estúpidas que solo me deprimían. No las hacia consciente, no sabía en absoluto como detener esta locomotora sin frenos.

Y ahora qué sigue, qué ha de pasar con los días que vengan, si son muchos o son pocos solo quiero saber la manera de no tener la melancolía por el estúpido ¿qué hubiera sido si…?, en fin ya lo dice mi querida liebre loca, “a los locos hay que tratarlos con cariño” y denme mucho cariño, porque estoy empanzando a escuchar voces en mi cabeza y no les caen bien.

martes, 21 de febrero de 2012

Tratado de la angustia.



No tengo la menor idea de lo que soy y menos de lo que quiero ser. Mi vida ha sido un continuo carrusel de espejos mentirosos y la misma tonadita de feria. Este martes que me gustaría desaparcar como el humo del cigarro. Hay días como estos días en donde el tiempo te acuchilla la espalda. Ahora escribo con tristeza, de qué se siente triste uno que escribe. Quién sabe, pero no por ser injustificada deja de ser real.  

Sentí la imperante necesidad de dejar de escribir mi bitácora del viaje a las Europas. Tal vez necesitó dejar constancia de este sentimiento cutre, vamos no es de preocuparse todos tenemos estos días grises que hay que levantar. Nuestros cinco minutos de pánico, de incertidumbre 

No busco que nadie me entienda, si no me entiendo yo. Debe de ser un sentimiento pasajero como las ganas de hacer del baño. Todo va bien y no encuentro una razón justificable para poner un letrero fuera de mi casa que diga que hoy no estoy para nadie. Pero siempre habrá quién se ofrezca a poner su hombro para recargar la cabeza llena de telarañas mentales y eso hace la vida soportable.

Todos tenemos historias ocultas no aptas para menores de edad. Yo me cargó unas cuantas, tal vez sea que necesito un montón de horas acostado en un diván. O tal vez este expiando los últimos gramos de miedo de mi vida. 

He sido reflejo de la angustia ajena, me he visto en aquel que ya no quiere estar a un lado de la persona que juro amar para siempre, o del que siente que está en la vía incorrecta de la vida, el que siente crispar los nervios por no saber llegar a fin de mes, el que hace estupidez con los ojos abiertos, el que sabe que va desilusionar pero hay que intentarlo, el que no sabe cómo abordar una mujer en un bar, aquella que se siente al verse al espejo y verse más, a eso que se siente tener que sacar una sonrisita cuando lo que se quiere sacar es un dedo, a eso de tomar la decisión de compartir el tiempo, a eso de verse viejo sin pareja.  Eso para mí es la puta Angustia. 

Por lo mismo tengo que escribir de ella, tengo que separarla por partes, para saber que parte de nuestro cuadril se estropea  con la necesidad de pensar que el fututo viene mal, cuando nunca llega el maldito fututo, estiramos la pata en el presente. Venga sentimiento de cuerdas de guitarras enredadas en mi garganta hagan el favor de salir de mi.    

Nada que yo pueda hacer, solo vivir lo que me queda. Aunque este día hubiera querido desaparecer.