Y para las noticias que a nadie
importan. El día de ayer me comunicó la chismosa de mi vecina, que mi perra ha
perdido su virginidad con su novio rubio, espero lo haya disfrutado.
Ahora que también espero se hubiesen cuidado,
porque si no se cuidaron y soy acreedor a diez perros de raza en ascuas, tendré
que hacerme un trineo de perros para moverme por las calles de esta ciudad. Sería
un personaje renombrando, si logró entrenar a los perros para que sirvan de
trasporte público, para cómo van el precio de la gasolina uno ya debe de pensar
en medios alternativos de trasporte.
Estoy con la zozobra del
cumpleaños. Qué demonios se celebra en un cumpleaños, ¿Sobrevivir nueve meses
en el vientre materno? Y ya.
Qué bueno que mi madre no interrumpió el
embarazo, “interrumpió” que palabra tan más adecuada para decir aborto, no lo
creen. Porque si interrumpes algo,
después se puede continuar, “Perdón que interrumpe la plática, pero le habla su
mujer lic Vargas.” Pero hasta donde me quedé si quitas el feto ya no hay
embarazo. No sé interrumpe, se aborta esa es la palabra adecuada.
En fin que puedo decir yo del derecho de la
vida si solo nací y ni me preguntaron.
Como tampoco me preguntaron si quería
constituirme en una República. Dice nuestra Constitución Política en su
artículo cuarenta: “Que es voluntad del pueblo mexicano constituirse en una República
representativa…. “. Yo soy pueblo, también un poco prole, de esos contribuyentes
cautivos, conde de angora junior de elegancia natural, pobre de sangre azul y
un montón de títulos de nobleza que me he puesto yo solito y de verdad nunca me
preguntaron.
Tampoco me han dicho quién se
robo el dinero de Coahuila, nunca me han dado nada por la venta de los barriles
de petróleo, tampoco me dieron educación gratuita ya que mis padres pagaron una
pequeña fortuna y eso que fui de los que menos estudiaban, para que fuera un
letrado de corbatita. Nunca he utilizado en seguro social o popular, todos los
gastos médicos han sido pagados también. No veo servicios de calidad por los
que pago cristianamente todas las quincenas con mi ISR o mi IVA.
Mis diputados y senadores jamás se han preocupado
por pedirme permiso para hacer sus diarreas legislativas, tampoco me pidieron
permiso para gastar dinero en sus viáticos y sus lujos. De qué me sirve ser pueblo si ni siquiera me
avisan.
Ahora que si me preguntan, no
quiero constituirme en una República. A la melda (como dicen los puertorriqueños)
yo quiero vivir en una comuna.
Entiendo esta parte de ser
comunistas hasta que no tengas un patrimonio, ser romántico hasta que no te
matriomones, ser ateo hasta que pases un sustito de vida. Pero no entiendo nada
de esto de hacerme viejo.
El fin, basta.
Ahí se me cuidan y por piedad no
se me mueran nunca.
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