De retorno a la gran ciudad, con
la nariz escurriendo agua envirulada, viaje en autobús seis horas y media para
llegar al destino mi cloaca favorita. Para que mi perra me vea con cara de tú
quién eres.
Como sea, retomo las actividades cotidianas. Seis
días por tierras tapatías acudiendo al bautizo de mí querida ahijada la Blanca
Nieve. Deseando que no salga cabroncita como su padrino y que los actos
religiosos sean un poco más divertidos.
Solo hace falta entrar a una
iglesia y ver las esculturas que ponen para solicitar a quien corresponda,
quite los personajes con caras de sufridos he angustiados, en vez de ganas de
rezar, dan ganas de pagar entrada por la casa del terror. Unas vírgenes mudas con
caras de constreñidas, unos señores vestidos con túnicas también con cara de
sufrimiento agudo y un tipo con sangre por todos lados y cara de agonía como
salido del Blog del Narco.
Al ver todo ese sufrimiento ajeno,
no dan ni poquitas ganas de estar en ese club exclusivo del sacrificio perpetuo.
En caso de que existiera el cielo, apoco
premian aquellos que dejaron ante el altar de los sacrificios su sonrisa.
Supongo que pasar la eternidad con sufridos no es mi tema de creencia y como yo
respeto las creencias ajenas solicito lo mismo, respeto. Por lo tanto creo firmemente en la Alegría de
la vida como religión. Sin dejar a un lado que me mantengo por cuestiones de conveniencia
estrictamente ateo gracias a Dios.
Pero recapitalizando el curso de
padrinaje que me solicitó la Iglesia Católica Apostólica Romana. El Jesús de
Nazaret era un tipo alegre, a saber primero que nada tenía unos conceptos de mercadotecnia
muy avanzados para su época. Eso de convertir el agua en vino, fue el máximo pretexto
para hacerse de un club de fans, juro que yo lo hago. Si mi amigo el Peter en
vez de mandarme al Oxxo por el whiskey convierte el agua, vamos a donde este
voy.
Ahora en cuento a la compañía femenina
Jesús siempre estaba rodeado de señoritas las cuales han de haber sido unos
aviones de chamacas pues a la fecha siguen cautivando con su belleza y sus
palabras. El nazareno era bien hispter , no tenia bienes materiales vivía de lo
que su madre le daba, hasta la ropita se la hacían a mano. Y mi madre se queja
que uso su lavadora. No hay derecho me cae.
Se dormía en tempestades, quién se puede
dormir en una tempestad, si no estás muy trasnochado no creo que nadie lo
pudiera hacer. No obstante de esto lo levantaron y con un grito que me imagino
pudo hacer sido como los míos la mañana siguiente que tome Barcardi , calmo la
tormenta para seguir reposando tranquilamente.
Le gustaba la pesca, a quién no le puede gustar
pescar con los amigos. Es decir siempre estaba acompañado, solo sabemos de su
vida útil por ponerle un nombre que duró tres años, que bien hubiera sido que
el mismo escribiera sus memorias y no que quién sabe quién escribiera su
diario.
Y me cae bien lo juro, no todos sus seguidores
tienen mi simpatía, pero si mi respeto. Pues defiendo el derecho que tenemos
todos de creer en lo que sea más conveniente y funcional para nosotros. Como creo
en la necesidad de respetar las creencias ajenas. Y realmente creo que esto de
la gripa mortal me está afectando.
Hay los dejo con porqué mi café
Paluch ´en se me enfría.
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