Llegó de malas, del trabajo.
Seguro hoy no habrá premio, yo aquí cuidando la casa todo el día y este no mas
llega y a dormir.
Pero ayer se puso por arte de
magia a limpiar todo el patio, escoba y trapeador en sus manos. Montones y
montones de basura salían de la sala. Qué esperaba que yo me pusiera a limpiar,
nombre eso no es mi trabajo.
Después me regañó por andar
matando las plantas del Filo, pero qué culpa tengo yo, si las plantitas están envueltas
en plástico negro que las hace mejores que los “husitos” de linaza que me tira
el Sexy y Barrigón.
Además últimamente me abandona
mucho, qué no sabe que lo perros tenemos otros usos horarios, crecemos más rápido
que ellos, por lo tanto un abandono de un fin de semana es cómo un mes para
nosotros, pues que se cree este Rubio panzón. Pero ahí está mi “dueño”, déjame le ayudo
poquito a limpiar. Por ahí me comentaron que el pipi de los perros es mejor que
el pinol que usan para los pisos. Me meto a la casa sin que me vea para que sea
sorpresa.
Hay no, ya sé enojo ¿Ahora qué
hago?... a la goma el mundo ya no quiero ser perra, ahora soy el chavo del
ocho..
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