Supongo que estarán de acuerdo
con este letrado, que no hay palabras malas, solo son palabras y que hay que
saber usarlas todas. Las palabras altisonantes son bien sonantes cuando amerita
la ocasión.
Cuando se abusa de las majaderías
se causa un cierto tipo de agresión para nuestros interlocutores, al igual que
hablar demasiado propio puede causar aburrimiento. Entonces qué hacer.
Usted hable como se le de su
gana, pero hable cosas suyas porque si va a hablar cosas de los demás, denota
un poco de falta de autoestima y un mucho de estupidez. Sinceramente las
revistas del corazón ya tienen su forma peculiar de hablar de los demás, no
intenté superarlas.
Qué necesidad de estar señalando
las faltas de los demás cuando uno tiene tantos demonios que esconder, los
perfectos son aquellas personas que están muertas, todos los demás tenemos
nuestros vicios y nuestras historias que
no queremos que sean contadas, por lo tanto respete el derecho del error ajeno
y dedíquese a su vida. Que bueno es el
que da consejos, pero es más lindo quién sabe cerrar la boca cuando quiere
decir malas palabras.
Porqué mala palabra no es un “puta”
un “pendejó” un “cabrón” un “culo” unas “tetas” una “verga”, una “chingar a su
madre”, o lo que su abuelita le quería lavar con jabón la boca cuando las decía.
Esas son palabras nada más.
Las verdaderas malas palabras siempre llevan
un “pero yo lo quiero mucho” “no es que me guste criticar” “por favor no le
digas que dije” “no sabes lo que me enteré”. Esas son realmente las malas
palabras.
Cómo distinguir las malas
palabras de las palabras, es fácil si usted puede hablar enfrente de lo que está
hablando, las palabras son buenas a lo mejor no son prudentes que eso será otro
tema, pero si no tiene la valentía de hablar de frente, por piedad no siembre
el rumor de la discordia.
Las palabras hay que cuidarlas,
porque no sé sabe bien en dónde puedan terminar, normalmente terminan haciendo
daño, o causando problemas a lo puro estúpido. Y para lo estúpido ya tenemos
muchas actividades como la guerra, el hambre, las muertes por el narco, la
ganas de juntar dinerito y tantas otras chuladas.
En fin sin las personas que
hablan mal de ti a tus espaldas supieran que piensas de ellos, hablarían peor.
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