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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







lunes, 6 de agosto de 2012

Las malas palabras.



Supongo que estarán de acuerdo con este letrado, que no hay palabras malas, solo son palabras y que hay que saber usarlas todas. Las palabras altisonantes son bien sonantes cuando amerita la ocasión. 

Cuando se abusa de las majaderías se causa un cierto tipo de agresión para nuestros interlocutores, al igual que hablar demasiado propio puede causar aburrimiento. Entonces qué hacer.

Usted hable como se le de su gana, pero hable cosas suyas porque si va a hablar cosas de los demás, denota un poco de falta de autoestima y un mucho de estupidez. Sinceramente las revistas del corazón ya tienen su forma peculiar de hablar de los demás, no intenté superarlas.  

Qué necesidad de estar señalando las faltas de los demás cuando uno tiene tantos demonios que esconder, los perfectos son aquellas personas que están muertas, todos los demás tenemos nuestros vicios  y nuestras historias que no queremos que sean contadas, por lo tanto respete el derecho del error ajeno y dedíquese a su vida.  Que bueno es el que da consejos, pero es más lindo quién sabe cerrar la boca cuando quiere decir malas palabras. 

Porqué mala palabra no es un “puta” un “pendejó” un “cabrón” un “culo” unas “tetas” una “verga”, una “chingar a su madre”, o lo que su abuelita le quería lavar con jabón la boca cuando las decía. Esas son palabras nada más. 

 Las verdaderas malas palabras siempre llevan un “pero yo lo quiero mucho” “no es que me guste criticar” “por favor no le digas que dije” “no sabes lo que me enteré”. Esas son realmente las malas palabras. 

Cómo distinguir las malas palabras de las palabras, es fácil si usted puede hablar enfrente de lo que está hablando, las palabras son buenas a lo mejor no son prudentes que eso será otro tema, pero si no tiene la valentía de hablar de frente, por piedad no siembre el rumor de la discordia.

Las palabras hay que cuidarlas, porque no sé sabe bien en dónde puedan terminar, normalmente terminan haciendo daño, o causando problemas a lo puro estúpido. Y para lo estúpido ya tenemos muchas actividades como la guerra, el hambre, las muertes por el narco, la ganas de juntar dinerito y tantas otras chuladas. 
 
En fin sin las personas que hablan mal de ti a tus espaldas supieran que piensas de ellos, hablarían peor.

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