Estaba con un serio problema de vacío
de domingo. Siempre me da por ahí de las seis de la tarde, ese sentimiento estéril
de melancolía con remordimientos mezcladito con miedo a todo y nada. Si la
noche del sábado tomé el vacio aumenta porqué me da una resaca maricona que
ante cualquier drama de película cursis me dan ganas de llorar. Pareciera ser,
que mi cuerpo sufre una transformación y de un tipo impresentable se hace una
lesbianita puberta el domingo por la tarde.
Para salir de eso no me quedó
otra que acompañarme de un humeante tabaco y analizarme en una correcta prospectiva.
Siempre lo he dicho pensar es peligroso si no sabes hacerlo, apenas a mis
veinte y once estoy siendo consciente de mis pensamientos y trato de no pensar
demasiado o mejor dicho trato no treparme a la bicicleta imaginaria, paro y me
explico.
Treparse a la bicicleta
imaginaria, es la actividad humana más estúpida pero más recurrente por
aquellas almas que sufrimos insomnio o una depresión disfrazada difícil de
detectar. Es darle vueltas a las cosas, a las mismas cosas, a los mismos
problemas. Sin poder resolver nada. Para efectos de mejor explicarme. No es
otra cosa que pedalear fuerte y constante sin llegar a ninguna parte. Por lo que recomiendo plenamente dejar de
pensar en estupideces. Cómo sabemos si pensamos es estupideces, pues se escucha
fácil pero si se practica llega hacer habito, si lo que te esta quitando el
sueño lo puedes resolver resuélvelo, si no lo puedes resolver o no tiene
solución es una estupidez y para qué gastar el tiempo en eso.
En este autoconocimiento también
descubrí un error garrafal de conducta. No sé quién me vendió que las personas
felices son las que tienen autoestima alta, mentira. Hay muchos hijos de
señoritas que fuman en las esquinas que se adoran y son un muy mal ejemplo de
ser humano. Cuantas personas hacen estupideces escusados en el “Así soy, quiéreme
o ódiame me da igual”. Es casi lo mismo
a tener un amigo que no le guste limpiarse el culo después de hacer sus
gracias, independientemente que le guste o no, es preciso y necesario decirle
que andar con el rabo embarrado aunque le guste está mal hacerlo.
La autoestima es una propia apreciación,
y como nosotros solitos la construimos o la derribamos. Lo más probable es que
estemos viéndonos erróneamente, No somos ni tan buenos, ni tan guapos, ni tan
desgraciados, ni tan nada cómo creemos que somos. Entonces hay que saber distinguir
la originalidad con la conducta caprichosa que nos lleva a tener Ego. Y las
personas con Ego alto son víctimas fatales de sus propias ideas.
Cuándo me habló así escucho mi voz
como si fuera de otro planeta. Pero alguien me lo tenía que decir. Qué bueno
que soy yo el que me lo dice. No tengo
dinero todo me lo acabe, no tengo vergüenza la perdí por ahí. Tengo unos ojos
de doberman que me lamen en las mañanas y por ahora estamos bien pero estamos
buscando estar mejor.
Carajo que charla les he dado
hoy, espero que mañana ustedes me den uno de estos sermones, tomen lo bueno si
hay algo bueno escrito. Si no encuentran nada más que tonterías disculpe usted.
Tengan la semana que se merezcan.
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