Se fueron los “tes” y hace un
rato que me llegaron los “tas”. Y sigo yo sin comprender bien por qué nos
venden eso de ser príncipes rescatadores de señoritas en problemas.
Puedo asegurar con fuertes posibilidades
de equivocarme que han mal educado a las niñas. Porque se les enseña a ser sensibles,
a adaptarse a los demás, a ser más conscientes emocionalmente y expresivas,
menos impulsivas y egoístas y más caritativas. El producto que les venden es “sé
buena hija, sé una buena esposa, sé una buena madre. No importa lo que tú
quieras ser.” Hacer felices a los demás es un camino infalible a la felicidad,
pero no cuando nos impide tomar decisiones y tener las riendas de nuestra
propia vida. Entonces educan a víctimas en potencia de abusos por parte de los
mandriles educados para ser proveedores de servicios, de genética y de sobrevivencia.
Y entonces tenemos muchísimo talento
haciéndole a la casita de papá y mamá, cuando necesitamos ese talento
resolviendo cosas más trascendentales como buscar el propio beneficio. Vamos el
derecho de ser buena madre y buen padre, es una vocación y como tal se debe
tratar. Nunca puede ser un rol impuesto por tradición familiar.
Por eso a mis sobrinas, a mi
ahijada Ana Sofía y si tengo hijas (espero que no salgan tan pirujas como el
padre). Les he de tratar como lo que son. Personas bastas, completas y
valientes. Con la capacidad de dar patadas en los kiwis de los patanes como su
tío, padrino o papá, o para darle besos a esos como el sexy y barrigón. Ya
saben tengo problemas de bipolaridad.
Pero nada de encajonarlas en
cajitas de cristal, la sobreprotección por género. Es una manera muy rápida de
crear personas altamente depresivas de esas que absorbe la energía ajena y el rechazo
que sufren real o imaginario, solo sirve para reforzar su depresión haciendo el
mundo un lugar miserable. Y por estas conductas sexistas hay tanto loco ahí afuera.
Sé muy bien que somos diferentes
hombres y mujeres, y que bonitas diferencias. Pero somos capaces de hacer lo
mismo. Para que andar perdiendo el tiempo con eso de que uno tiene más fuerza
bruta y somos más brutos también. Dejen respirar a las flores, que son flores
siempre.
Por eso dejó de tratar de ser un príncipe
rescatador de princesitas atrapadas en sus torres, prefiero ser el cazador
furtivo de señoritas fugadas de sus reinos lejanos. Me ponen más contento.
Me cae que ahora si estoy bien
cursi, y he escrito dos el día de hoy. Se los chutan con cariño de favor porqué
días como estos de alta inspiración tiene que quedar acentuados en este su
blog.
LeTy LeTs P.D: "No por existir mujeres fuertes significa que no quieren y merecen ser cuidadas." Las lagrimas y delicadeza no son debilidad, son el reflejo de la fuerza con la que se vive, con la que se ama.
ResponderEliminarInteresante, justo ayer estaba hablando con un amigo sobre este tema.
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