ACOMÓDATE

Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







lunes, 16 de abril de 2012

Seré un chulo de catrinas.


El perro se fue persiguiendo un pedazo de pan. Sus dueños recuperaron a El Patera, yo perdí al Káiser.  Así tocó la baraja, se rescató un perro de una vida de calle y al final un “gracias” y se terminó.  Ya sé, da flojera los apegados a sus mascotas, pero es inevitable sucumbir a un ladrido y una cola en constante movimiento. Me quedé con ganas de tener otro perro, voy a sentarme a esperar que se me pasen. Es un derroche de tiempo atender bien a una mascota, pero también da muchas satisfacciones. 

Después del adiós al perro, tenía que curarme la “depre” como lo hacen las señoras pomposas de alta alcurnia y me fui de compras. Pero yo no asistí a una plaza comercial para comprar cosas de marca, me escapé al centro de Coyoacán: El que yo visite un tianguis es un atentado contra mi economía, porque soy de los que si pudieran, comprarían todos los cachivaches que venden. Cómo sé que son cachivaches, muy fácil cachivache es todo lo que almacenas en tu casa, que realmente los necesitas una vez que lo has tirado a la basura. Y yo tengo una debilidad por los cachivaches espectacular.

Dos catrinas emplumadas, unos mariachis calavera, una cartera con forma de carta de Pancho Villa y un sombrero de copa con calaveritas fueron mis compras.  Las catrinas y yo tenemos cuestiones personales, desde que me acuerdo me gustan las calaveras, imagínese querido lector cuando la vida me juntó con una señorita que tenía la misma afición. Fácil en el tratado de separación de vidas, se acordó sin decir nada, que ella seria la dueña de la pequeña colección de las calaveras de generoso escote. Yo juré no comprar una catrina más, porque el recomenzar es un verbo que no me gusta conjugar, pero no hay de otra. Esta vida es como rascar, siempre estamos recomenzando. 

Por lo que en un arrebato de locura y unos pesos de más, compré las primeras piezas de mi nueva colección, me prometí no ceder los derechos de ellas nunca, seré un chulo de catrinas.  (Otra promesa que sé que no voy a cumplir). 

Quién sabe porqué los mexicanos, tenemos esta fijación por poner a la muerte bonita, el celebrar a los muertos, el reírse de la huesuda.  No quisiera intentar dar una explicación de lo que no tengo ni la menor idea. Pero yo también estoy contagiado de este fervor de disfrazar a la muerte con buen sentido del humor, al final es inevitable y porqué no reírse de las cosas inevitables. Bien lo dice unos tucanes “Cuando la huesuda venga, le invitaremos un vino. Con suerte y se nos empede y se le olvide a qué vino.” Es una dicho que habla mucho de cómo debemos estar frente a la muerte.

Y hablando de muertos. Hoy quisiera saludar, al Fernando y al buen Gabriel Villa. Amigos que se adelantaron en copas con la huesuda. 

Tengan una semana como para morirse de la risa.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario