La etapa más hipócrita en la vida
de los seres humanos es cuando estamos cortejando o en términos más coloquiales
el famoso “tirar la onda”. Es esta linda etapa donde las mariposas están comiendo
nuestras tripas, donde estas pendiente del teléfono para ver si hay un
mensajito nuevo, o estas al pendiente de lo que pone en redes sociales y tienes
la desfachatez de ponerle a sus profundos pensamientos un falso “pienso lo
mismo que tú”.
Es cuando quieres que te den el
beso, cerrar los ojos y confiar que te volverá a ver mañana. El miedo te deja
por lo menos unas horas, pero te odias por estar esperando esa llamada que dirá
que tendrás un date el fin de semana. Es invitar a un extraño a tu vida, para
que sea tratado tan bien, como no lo has hecho con nadie más.
Los enamoramientos suelen ser efímeros
pero es un sentimiento muy real. Posiblemente dure tanto esta etapa como lo que
dura una recarga en un teléfono de celular de prepago, pero es de las
sensaciones más adictivas.
Una vez que se termina esta parte
parece que se lleva prisa por imponer ideas o formas de pensar. He inicia la
parte de querer cambiar a la persona, o cambiar nosotros para estar en
constante “like”. Hasta que aflora tarde o temprano lo que somos, no podemos
estar mucho tiempo ocupando un disfraz que no queda siempre a la medida.
También existe la linda excepción
de la regla, cuando sin que sea cosa impuesta, se quiere ser mejor persona solo
por el hecho de estar con esa persona. Cuando
sabes que debes rascar espalda porque hay alguien que también lo hace por ti.
Si las prisas de imponer absolutamente nada, siendo complemento de un equipo o
del reino de dos. No entra ni sale nada que no sea de dos y para dos.
Mientras estemos vivos, corremos
el riesgo de que las cosas que realmente amemos en la vida nos apuñalen la
espalda. Un poco tétrico es suponer cosas, hacer expectativas esperar una
bonita historia de película comercial. La vida tiene más divisiones de caminos,
que las que puede expresar un escritor de guiones. Las personas cambian de gustos como de calazones,
lo que hoy te da risa mañana te puede dar lagrimas, aquella persona que te hace
soñar mañana te puede dar un insomnio de poca madre. Y nadie está exento de sentir la decepción.
Nunca den por eterno nada que sea humano.
Para terminar cito a un gran
amigo auto proclamado el Bigote que habla que dice “ Es poca madre el dolor que
te ocasionas al caminar descalzo sobre piedras con erizos, el dolor que
provocan las personas es insoportable.”
Sin imponer ideas, sea ustedes
felices. Lo más que puedan, lo más que resistan, el mayor tiempo que puedan y
cuando no puedan ser más felices. Descansen un ratito para intentarlo otra vez.
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