Tenía unos ocho años, Y fui a mucha honra un niño de esos problemáticos.
Señal que tenía una infancia muy feliz. No podía hacer la tarea porque el mundo
siempre estaba metido en problemas y en mi imaginación era yo el único que podía
salvarlo. Qué tanto valía la pena aprender las tablas de multiplicación cuando
mi mundo era de calabazos y dragones.
Los recuerdos me abordaron el día de hoy que es el
aniversario de boda mis padres, llevan mucho tiempo junto con sus días buenos y
sus días malos. Pero siempre se han tratado como novios con todo lo que esto
implica. El recuerdo es una banca del
parque, mis pies no llegaban al suelo y sin embargo estaba a punto de ser
testigo de una declaratoria de amor incondicional de mi papá para mi mamá. Primero me pidió hacer una lista de quejas
hacia mi madre, no me acuerdo bien que tanta lista de “quejas” puede hacer de
mi mamá a los ocho años. Lo que sí me acuerdo son las palabras de mi papá: “Hijo
te entiendo y te quiero mucho, pero tu mamá es el amor de mi vida. Y por lo
tanto siempre la voy a defender.”
No me enojé, al contrario desde ese día comprendí a mi corta
edad, que el amor del bueno existe. También sé que mis padres me dan lo mejor
que tienen, como pueden. ¿Quién está preparado para ser padre o madre?, ¿Quién
sabe cómo educar?. Cuando los años te alcanzan ya puedes tener una idea de los
errores de los padres, pero también comprendes que los mismos errores lo puedes
cometer tú en nombre de buscar los mejor para los tuyos.
Por lo tanto a mis
padres responsables, cariñosos y no perfectos solo puedo decir gracias por
estar viviendo en un noviazgo largo, sincero y cachondo. Sus pollitos somos
testigos de su historia de amor, que sigan en la casa los besos a bigote pelón,
sus escapadas al cine, sus múltiples lunas de miel y sobre todo esas miradas de complicidad que perduran más
de tres décadas con piquitos.
Reciban una grata felicitación Papá y Mamá. En este su
aniversario.
Que importante es contar con un respaldo tal como el que los padres nos brindan.
ResponderEliminarGracias Felipe; Tu y los Tres pollos más, han sido el soplo que ha ayudado a acrecentar la llama de esta historia de amor.
ResponderEliminarUn hijo agradecido es el mejor premio que unos padres pueden esperar.
Un fuerte abrazo, te extrañamos.
Papá y Mamá