La vida es como rascarte la piel, siempre hay que comenzar otra vez

Llegando a mi casa trato de recordar lo que en la noche quería olvidar. Ahora me pasó las noches por ahí, se que hay alguien que también me busca a mí, lo difícil es encontrarla con tanto reptil yo busco en cada esquina en cada cuchitril.

Dos días de fiesta, tratando de hacer del tiempo un verdadero pasa tiempo, no es nada sutil pero hay que intentar, robarle a las señoritas un par de sonrisitas con suerte un día de estos se dejen levantar la falda, si dices las palabras correctas en el orden correcto.

A mi edad me mantengo con este animo de no envejecer, ser un cierto tipo de Peter pan posmoderno y nada recomendable para aquellas personas que son adictos a la vida sedentaria a la que están condenadnos por comprar completo la receta de vida de casa, coche y perro.

El domingo pasé a la Lagunilla, entre colores, olores, peluquerías callejeras, bares ambulantes, piratería, antigüedades y frutas. Encontré una máscara más para la colección que exhibo en mi pared. Porqué busco sin parar llenar la casa de cosas, cuando en mi pecho se albergaba un sentimiento de más urgencia, todavía no inidentificable.

Pero aún tengo pedazos de vida que voy a perder nunca, y me revienta que siempre estoy buscando naufragar en la isla del tesoro y así sentirme más vivo, más humano. Prometo no mal gastarlo si lo encuentro por ahí.

Lunes por la mañana, iniciar otra vez. La vida es como rascarte la piel, siempre hay que comenzar otra vez. Café de la mañanas, jugo de zanahoria con betabel, agenda de cosas pendientes, cinco minutos para soñar, felicitar a los cumpleañeros por el gustó de hacerlo. En resumidas cuentas un vida normal. Si yo nací siendo un bebe extraordinario que me carcajeaba de risa con las estupideces del pato Donald, en qué momento me convertí en ordinario y sedentario.

El día de hoy los sentimientos se me esconden, no quieren ser plasmados en las líneas torpes de este tan de usted y de nadie Sexy y Barrigón. Se van, supongo a los rincones más arrinconados de lo que alguna vez le llame alma.

Nadie me comentó que la vida es fácil, pero tampoco me comentaron que a veces se pone muy complicada. Pero da igual siempre que se ponga complicada hay que des complicarla, la idea más sencilla es normalmente la más adecuada.

Hace rato que perdí el compas de esto que pretende ser un escrito y es quizá porque no es mi decisión. En los corazones llueve a todas horas.

Nota del “autor”: Ahora si perdón pero hoy amenacé el jeli de mal humor, todos tenemos derecho a un día así.

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