La fiesta, estaba animada, el ruido de las platicas, se confundía con la música. Lo único que podías reconocer de vez en vez, era una carcajada, salida de los pulmones de un persona poseída por Vaco.
Yo estaba como espíritu maligno buscando algo de platica, algún flechazo de Cupido o cosa similar, lo que me encontré fueron dos personajes que tenían una plática bastante interesante. Si la memoria no me falla, hablaban de esto de no cumplir con las expectativas ajenas. Que siendo lo que son, son felices. Me quede por espació de 5 minutos escuchando esa magníficos argumentos. Pero sentí incomodar a los desertores del tema, por lo que emprendí la retirada a seguir como fantasma recorriendo lo que fue hasta el día de ayer mi casa.
No tenía a donde ir y estaba en mi casa, hasta que alguien comentó: “perdón por molestar, y lo que te voy a pedir es meramente convenenciero”, al girar mi cabeza para ver con quién hablaba, me di cuenta que la convenenciera era una criatura bastante guapa, de seguro alguna actriz, que muy posiblemente sale en alguna novela de televisión, pero como las telenovelas no están en mi menú, pues no podría decir quién es, me comentó que se llamaba Sofía.
La Sofía se veía bastante bien, de seguro yo me veía bastante ridículo y medio tomando. La señorita se dio cuenta que mi vaso duraba toda la noche con Whiskey, no porque no estuviera tomando, si no porque en mi cuarto existió una gran reserva de ese liquido tan cotizado a las 3 de la mañana en una fiesta masiva. Me preguntó si tenía alguna botella escondida, y que por favor le compartiera un trago. Y quién soy yo para negarle a una señorita guapa un trago más y menos la entrada a mi cuarto, estaremos de acuerdo.
Cuando el negocio estaba armado, como cuando no quieres, aparece en escena tres personajes más, el único de mis invitados que fue con su novia, y un tipejo. Cuando de mi voz suena “vamos al cuarto” y la Chofa acede con prontitud, Es justamente lo único que escuchó mi amigo, y su cara fue de mira que suerte tienes mi cabron. No lo puedo negar, me sentí ancho pavorreal, la siguiente escena sería que el tipejo se nos pego como mosca a la miel. Yo estaba consciente de que la señorita quería nada más un trago, pero no me comentó que el tipejo que por cierto de seguro también era un actor de esos “galanes” de novela de bajo presupuesto por la pinta, estaba incluido en el negocio.
Abro la puerta de mi cuarto con la llave, que había estado atesorando toda la noche. Y retequepumm. El escenario fue como de crimen pasional, mi manager Lucia estaba de vacaciones dos semanitas y aquello da como resultado ropa por todos lados, lo que sigo sin entender es que demonios hacia una valentía en mi cuarto, acompañada de una salsa Magui y sin mayor explicación unos cigarros a la mitad por ahí.
La cara de los dos fue de ok estamos en el santuario del Sexy y Barrigón donde pasa sus horas de sueño, donde se encuera, se viste y lo mejor es que tiene Whiskey, tardé un poco en hacerla de guía turístico dentro de mis cuatro paredes ya que las mismas las he estado vistiendo con murales que ni de pedo se parecen al Siqueiros, explique que un cartel se había metido en mi cuarto y como no pagué por protección pues me explotaron un par de granadas ahí.
Una vez que rellene sus vasos con la alegría falsa, dejamos ese submundo que es mi habitación para perderse los tres personajes en aquella fiesta.
Me veo obligado a contar casi todo, porque al final de la fiesta la tal Sofía me regaló un buen regalito de año nuevo, no fue un beso que se hubiera agradecido, una sola frase la cual me la quedo para mí porque es sólo mía.
Esta narración de fiesta continuara saludos.
Se despide este tan de usted y tan de “televisa” Sexy y Barrigón.
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