Estaba yo con unas dudas amorosas hace más de dos años, estaba hecho un mar de confusión entre dos bellas princesas.
Mis sentimos por las dos fueron muy honestos y hablando a mi favor estaba totalmente confundido no sabía dónde estaba la tierra y donde el cielo. Si parar o seguir adelante. Estaba en esta ciudad sin dinero sin trabajo, vivía de café cigarros y al final del día me comía una súper torta de jamón. El chavo del ocho hubiese estado a mi altura socioeconómica en esos días. Pero la verdad de las cosas no me podía quejar de nada. Cuando decidí quemar las naves para conquistarme en esta ciudad lo hice muy enserio.
Todas las noches fueron un total desastre, me comían las ideas de saber qué hacer con el corazón, lo quería dejar guardado en el cajón pero no podía ahorrar sentimientos. Cambie de opinión el lunes y para el domingo ya era otra cosa. Para no hacerles el blog de hoy pesado. Mi querido Pariente se aventó un Soneto con mis sentimientos que dice así.
Calidad de urgente.
Por Francisco Gallo Armella
Cuando hay una herida abierta
no le eches sal ni pimienta.
Aunque esto me siente mal
entre dos caminos ¿Cuál?
Y es que no me malentiendas,
que no es un juego de azar
no me quedan mas leyendas
que las que encuentro en el bar.
¡Ay! dios mío que confusión
que esperar, sin ton ni son.
En que agujero me he metido.
Ni con ella ni contigo,
ni piquete en el ombligo.
¿No será ese mi castigo?
Sobra decir que me quede sin las dos, pero la historia de la tortas sigue de otra manera, nada mal a mi punto de vista y a la de usted?.
Se despide este Sexy y Barrigón. Claro tan de usted y de nadie.
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