Es un grito de guerra que sale de los pulmones de un gran amigo, que digo amigo es un hermano, casi siempre que esta festejando en su casa, que es también la casa de la risa.
El buen Escobedone, ha sido un faro en mi vida, me ha enseñado lo lindo que es dar todo lo que tienes, cuando lo tienes. Ha estado sin yo pedirlo, pendiente de mi cítrico estado mental, siempre brinda un consejo gratis para un nuevo negocio que se me ocurre, ayuda cuando mi economía me da la espalda. Ha compartido con este Barrigón su alma en un par de veces, enseñándome sus demonios que lo acongojan con esa honestidad brutal con la que se maneja por la vida.
Aquí siempre son las 10 estimado Peter, y aquí entre nos he de confesar que eres una gran alma atormentada no sé porque. Si supieras lo buen boxeador que eres no hay nada que no puedas mandar a la lona si lo propones.
Siempre es un placer escuchar tus chistes y eres considerado por las leguas que saben, un gran consejero el problema es que no te hago caso cuando debiera de hacerlo.
No podría dejar de recordar aquella noche, que retornábamos de la boda de mi hermano. Cuando ya enfilados en copas los de coche, querían planes sacados de las ideas que son lógicas cuando uno toma. Unos querían seguirla en un bar, otros querían dormir, otros querían estar en un nidito de amor. Y tu mi Escobedone querías dar trompitos en el coche. Es eres tú, jamás pides para ti y siempre das lo que tienes.
He de pedirte amigo, mío que tengas la bondad de no cambiar nunca, así te queremos un montón de banda. Te debo como siempre un poco de dinero y unas tantas noches para gastarlos.
Muchas gracias por ser mi consejo y mi apoyo.
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