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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







lunes, 23 de julio de 2012

Amor de perra.



No sé bien si estoy educando a mi perra o ella me está educando a mí. Nunca fui de perros, los consideraba unos animales estupendos para verlos atados en casa del vecino. Pero consideraba una jodita eso de las cacas y todos los cuidados que se deben tener.

Pero la vida te cambia y ahora soy responsable por mi pequeña doberman azteca, por no decir que no tiene raza impuesta. Supongo que el papá de mi perra era un Chihuahueño muy atrevido que logro cruzarse con una sexy doberman. Y de ese encuentro cariñoso clandestino, salió lo que ahora es mi compañerita de piso. Mi perra tiene mal carácter en las mañanas como su servidor, es una lástima que no quiera tomar café, por más intento que hago a mi perra no le gusta otra cosa que no sea agua, se me pone de malas cuando no la dejó beber del agua de las charcas. Su vicio es la compañía, hay que ver cómo se pone loca por oler los culos de cuanto perro se le pone enfrente. Casi se va con mis brazos del esfuerzo que hace por conocer nuevos culitos peludos.

Últimamente me castiga por llegar tarde a su paseo cotidiano de las tardes, destrozando las plantas de mi vecino Filo, el hombre vive de sus plantas y mi perra le encanta destrozar las herramientas de trabajo de mi cohabitarte de Bajío.

Por lo tanto y jugándole al buen padre, tengo que castigarla muy a mi pesar. Sé bien que los perros son buena compañía y más a lo que tenemos la necesidad de depositar ese cariño en un ser vivo, los humanos a veces me dan miedo, por eso decido depositar parte de mi necesidad de querer en un animal. Pero eso no me quita que deba de tener consideración por lo demás y tener una perra educada. Para hacerle saber que su berrinche está mal encausado la amarre mientras yo limpia la escena del crimen de la flora destrozada. Y como ya lo había hecho durante todo una semana, se me ocurrió dejarla un par de horas amarada y me fui a tomar unas chelitas con mi amiga y psiquiatra de cabecera la buena doctora Pamela.

Al llegar a mi casa me recibe una cola moviéndose en un charco de sangre. La Perra jaló de más la ventana en donde estaba amarrada y derribó un vidrio que le cortó la goma de su pata y su ceja. Y ahí estamos la Pamela y yo, curando sus heridas. Pero mi chávela festejaba nuestra llegada. Gracias a las buenas manos de la doctora Pamela, que el suceso no pasó a mayores y ahora mi perra sigue con sus cuatro patitas y en cara una linda cicatriz que la hace ver ruda. Porque en caso de no haber estado con una doctora hubiera sido capaz de llevarla a las urgencias veterinarias, después de eso mi doctora me recetó unas pastillitas para la felicidad. Pues mi actuar no es normal. Espero pronto me curé de mi pequeño retraso mental y la perra me siga recordando que la vida enseña a buscar la compañía adecuada.

Ahora entre análisis Psicológicos y lamidos de perra. La casita de bajío los esperas con las instalaciones medio puestas y mi locura súper puesta. 

Sobra decir que estas líneas van dedicadas a la mejor Psiquiatra que conozco la linda  doctora Pamela.

 

1 comentario:

  1. ustavo Sánchezz
    Jajajajajajaja cómo me haces reir con lo que escribes, pero me siento aparte identificado porque me pasó también a mí!! Bueno, eso del vidrio no, pero me ha pasado que cuando llegó iago a mi casa, le dio sarna por estrés (los perros cuando cambian de casa o dejan a su familia o algo así les da estrés) y se le estaba cayendo el pelo alrededor de los ojos... y pues entre darle cariño para que se adaptara pronto a su nueva casa y ponerle su medicina religiosamente tres veces al día (no era cualquier medicina, ya que las pastillas que a cualquier perro aliviarían, al mío por su tipo de raza lo mataría inmediatamente) pues se curó... y luego un día jugando se rompió la uña y pues para caminar lloraba... y luego cuando le dio gripe... y de hecho ahorita tmb está bajo medicamento por su pata, pero ahi va.... Es toda una experiencia tener un perro... y fíjate que a mí ni me gustaban... les tenía miedo! Pero a partir que tuve el mío me ayudó muchísimo en una época de depresión, son excelente compañía! Felicidades por tu hija! jajajaja :D

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