¿Se podrá vivir sin celular?.

En este año he cambiado de aparatos celulares, como si fuera perteneciente a un cédula del crimen organizado, otra vez victima de mi estupidez y del los rateros que se “encuentran” objetos tirados. Porqué no podremos entender que no hay árboles que den celulares, carteras, cachuchas,  etc. A lo que voy es, si te encuentras una cartera en la calle no es tuya y si no es tuya seguramente es de alguien más. Porqué no entregarla al dueño el objeto extraviado. 

He perdido tantos celulares que seguramente piensen que tengo un ligero retraso mental, y posiblemente lo tengo. Pero por más que lo intento, mi espíritu es muy desprendido de los bienes materiales. Desde que vi a Chávelo cambiar juguetes por una sala de muebles Troncoso, entendí que la publicidad es el arte de hacerte comprar cosas que no necesitas con el dinero que no tienes.

El sábado en un antro de moda, recargado en el mejor lugar que uno puede estar en estos lugares, que es el área de fumadores, me explicaban que era eso de tener muchas cositas. 

Que si la casa, que si el coche europeo, que si la ropita con el apellido de algún gay estampada en la etiqueta. Que en dónde está mi carácter ambicioso por no decir mi avaricia. Yo no pude dejar de reír y por primera vez en mi vida me sentí el centro calientito del universo. Entendí muy bien que no necesito muchas cosas para estar contento, que si me tiran en un bosque seguramente sobrevivirá muy bien, que si no puedo tener las cositas caras, las desprecio. Que prefiero acumular experiencias de vida que ceros en mi cuenta bancaria.

Pero me encanta el dinero, no puedo negarlo de hecho considero hipócrita y mentirosos el que diga que el dinero no le importa. La bondad del dinero radica en que sirve para todo. Para hacer el bien como para hacer el daño, es lindo sentir que tienes pesos en la cartera y los mismos te abren puertas. Pero cuando usas el dinero solo para poseer cosas o personas, ahí si es donde puedo detestar lo que mi raza de changos parlantes somos capaces de hacer.

He sabido de historias de prostitución, donde la señora de clase alta recomienda o exige a su hijita que se canse con don Patán porque tiene dinero. O discriminación racial entre jodidos, jodiditos y mega jodidos. Además podría decir de frente que la mayoría de las guerras han sido por cuestiones económicas. Salvo la guerra de Espartaco no ha existido una guerra justa.

Por lo tanto sean bien recibidos todos los pesos que me gané y realmente me deseo la prosperidad económica que tienen aquellos que hacen para ganar dinero lo que más le gusta hacer en la vida. Ahí vamos picando la piedra, luchando contra mi pequeño retraso mental. 

Y me declaró libre del deseo d la posesión de bienes. Al final solo son eso, cosas.

 

En algunas líneas leí que. “no hay mayor lujo que el de vivir sin reloj y sin celular”. Frase con la que comulgo plenamente, el problema es que no estoy para vivir con lujos, ahora necesito el aparatito que me levante en las mañanas, mi enlace con las tres almas que se comunican más o menos constante.

Un buen hermano de mi Papá me comentó que la vida es como rascar siempre porque siempre se inicia otra vez, pero de tanta rascadera que me doy, estoy empanzando a rasguñarme los huesos. Y no me queda más que meterme otra vez a las oficinas de las compañías celulares comprar un aparatito y conseguir números de teléfono. ¿Se podrá vivir sin celular?- es mi pregunta. En el inter no sean malos me podrían mandar sus números telefónicos.

Saluditos y feliz inicio de semana. 

Pd. Que se lo folle un pez a la persona que se robo o “encontró” mi celular.