Nací mirando para arriba un tres
de septiembre del ochenta, parecía un alíen de esos de los chiquitos. La genética
me favoreció estuchándome como el típico rubio de rancho. Pero si tengo una
queja hacia mi cuerpo, no es mi panza que hace verme como perro parado, tampoco
es la falta de pigmentación en los ojos (el queridísimo defectito). Vamos no me
siento el Adonis pero tampoco es mas culerito del Condado. Pero la sabia
naturaleza me dotó de un par de pulgares más feos que el hambre. Son demasiado
anchos y aplanados. Para efectos gráficos tengo dos ejemplares de la marca
Tefal en las manos.
No me habían dado molestia hasta
el día de ayer, que me decidí comprar mi sexto celular en lo que va el año.
Nada mal ya estamos superando mi ligero retraso mental antes perdía doce.
Me regalé un modelito de teléfono que todas
las funciones son tocando la pantalla del teléfono, pero como no me acordé de mis
dedos pulgares. Imposible teclear la letra “a” sin llevarme de paso medio teclado.
Y me veo como simio tratando de meter figuras de colores en una cajita, torpe
como quinceañero tratando de quitar unas braguitas femeninas. Pero bueno ya
estamos a sus órdenes otra vez. No se
cansen de regalarme su queridísima paciencia.
Güerito: No es la primera vez que leo tus reflexiones. Noto en ellas cierta inclinación a la depre. Cuídate. La Ciudad de la Cheli Ebrard no es el mejor de los mundos para vivir. Sería mejor que pensaras en volver al Paraíso Perdido de Huentitán el Alto. Aquí, la calma del buen gobierno de Emilito El Cristero hace que nuestros días se vuelvan eternos. Ya ni nos acordamos que tiraron una veintena de cuerpos allá, en la glorieta del Milenio. Tampoco recordamos que ayer aparecieron unos muertitos que se andaban escondiendo de la 'muerte' en el macabro edificio de la FEG. Ojalá y cuando vengas a Guanatos te acuerdes de tu viejo maestro y lo invites a tomar una cerveza. Un abrazo.
ResponderEliminarQuerido y fino amigo, me da mucho gusto saber que me lees. Depre no tanto, o al menos no la siento que eso ya está bien de entrada. Y nos debemos unas cervezas. Gracias por el comentario.
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