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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







jueves, 29 de diciembre de 2011

Hay dos tipos de vida. Una es muy pero muy cara y la otra no es vida.


Hoy me levante en una cama con sabanas de algodón egipcio, en el baño había muchos detallitos en presentación individual, coquetería para la limpieza personal. Me serví el café humeante salido de una cafetera también de presentación individual, mientras el agua que vomitaba la regadera estaba en el punto que me gusta, que es como para pelar gallos.  Ropita limpia recién salida de la tintorería, la misma cara de idiota en el espejo. Me regaló un sonrisita de complicidad y salgo de mi cuarto. 

Saludo a los mayordomos, doy un par de indicaciones mientras me sirven mi desayuno continental. Llevó tres días durmiendo en un hotel de esos caros, cortesía de mi señores padres que están de visita en esta ciudad capital. 

Que rápido te acostumbras a lo bueno. A partir de mañana iniciamos con la maldición de la cafetera industrial con café de calcetín, encontrar una camisa limpia en el cerro de los trapos, sabanas marca libre de nilón con algodón de Tequiminguin el alto y las maravillas de mi vida cotidiana. Es rico probar el otro mundo de vez en vez. Me motiva un poco saber que hay dos tipos de vida. Una es muy pero muy cara y la otra no es vida. 

Pero podría considerar el día de ayer como el día de los consejos buenos, esos consejos que no los pides y tampoco te los dan. Pero salen con la plática con personas que estimas. El primero me lo regaló una empresaria joven, me estaba comentando que había tenido que despedir a una persona. Los que hemos despedido sabemos lo cutre que es. La única vez que me tocó ponerme el disfraz de malo y mandar a la “RENATA” (Reserva nacional de Talentos) a una pobre alma, fue cuando era funcionarios público y mi manera de hacerlo fue digna de mi estupidez. Más o menos le comenté. “Compadre me tocó darte una patada en el culo, pero no te preocupes una patada en el culo es un paso adelante. Por favor no te presentes mañana a trabajar”. El despedido, se echó a reír, sabía que no era yo el que lo despedía, sino el sistema de selección de la PGR, pero si me sentí igual de mal.

Después de que la empresaria me comentará las razones que la llevaron a despedir, le manifesté mi postura ante despedir a una persona. Y después le di una felicitación que decía “En hora buena eres jefa. Pero dime ¿No es complicado serlo?, ¿Cómo le haces para ser jefa?”  Y la respuesta fue divina como lo es la empresaria: “Pues hay días que lo hago bien y otros mal”. Sabiduría pura fue la respuesta. Hay que aprender cuando hacemos mal las cosas para no repetirlas o si las repetimos encontrar una buena justificación que tranquilice la conciencia.

El otro salió en el barecito coqueto del Hotel, tomaba unos maltas con mis Arquitectos y medio me reclamaron por mi platica de la noche anterior. Estábamos reunidos varios familiares en un restaurant de esos que sirven las mismas quesadillas de la calle a precios súper elevados, y la plática se basó en la situación legal de un ser muy querido para nosotros. Y la verdad de las cosas es que tomé los conocimientos legales he impartí la cátedra de las posibilidades que se tiene si eres sujeto a un proceso penal. Vendí el diablo, explique para mortales el derecho penal con todos los escenarios posibles, sin ensalzar cosas y sin vender falsas esperanzas. Pero deseo la pronta solución legal de corazón y con ganas pero muchas ganas que llegue pronto. Este deseo fue manifestando en mi cátedra de derecho penal para mis queridos parientes.

 Vamos que nombre las cosas por su nombre, la familia un poco susceptible no aguantó palabras como cárcel y esas cosas. Mis arquitectos me reclamaron porque alarme a la familia. Y claro no fue mi intención, lo que quería era que estuvieran consientes del panorama que se puede presentar para bien o para mal. Si yo voy a doctor, quiero que me diga las cosas con sus nombres, si tengo cáncer es cáncer, no una gripa maligna que se puede tratar con quimioterapias. Es lo mismo en el mundo del derecho, hay que decir las cosas con sus nombres para preparar a los clientes ante los panoramas posibles.  

Mis Arquitectos dieron un poco la razón. Pero al segundo Whiskey pasó que se dio la magia, mis padres estaban hablando de mi “talento” para las letras. Yo no podía creer lo que escuchaba. Mi padre alentándome durísimo para que sea un poco más profesional escritor, mi madre se quejaba del título del blog, para ella todo lo sexy es sexo, lo cual va en contra de sus creencias. Pero los dos me daban esas palmaditas en la espalda que son un remansó en la vida. Yo estúpidamente creía que ellos eran felices por tener un hijo abogado de los caros y que preferían un hijo abogado que un hijo escritor. Pero no mis Arquitectos quieren un hijo profesional en lo que hace, ahora entiendo que si hubiera escogido ser recolector de basura, mis padres me pedirían que tacara con muchas ganas la campanita y eso señores es un buen consejo que podríamos traducir en un “no importa lo que hagas siempre y cuando lo hagas bien y con ganas de serlo”. Y de lo que hagas depende si estas en la vida cara o en que es muy cara.

Tengan un bonito último trió de días del año.  

4 comentarios:

  1. Me gusta lo q escribes! Me hace reflexionar! Para mi lo haces bien, aunq se q lo q opinen los padres es importante Cuidate mucho y te mando un abrazo

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  2. Ely López DICE: Tienes tooooda la razón guapo jajajaja gracias x comenzar mi dia con una carcajada besos

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