Puedo decir que soy de pocos
amigos pero de mis enemigos no me preocupo nada, resumí el problema de la
convivencia agrupando a las personas en tres tipos:
A los que les caes bien, que
normalmente también te caen bien.
A los que les caes mal, que
normalmente también te caen mal.
Y a los que les vales, que
normalmente también te valen.
No tengo la pericia que se necesita
para los protocolos y menos para el grupo dos y tres de mi muy particular
manera de agrupar personas.
Soy de singo Virgo, pelo rubio
cenizo cebo, nada tacaño y no coleccionado nada material. Me aburro los
domingos y mastico con la boca cerrada. Odio el sudor por eso me baño dos veces
al día, no profeso ni practico credo alguno, no me creo machito, alcohólico no
soy pero a veces me emborracho porque con dos whiskey de más suelo ser como me
gusta ser.
Dicen que soy bueno, aunque no
siempre me soporto a mí mismo, duermo de ladito y con pants si hace frío, trato
de reírme de la vida porque es corta y no siempre es justa. Aprecio mucho la
buena compañía pero se estar solo.
Sentir lástima no está entre mis
aficiones, tengo varias adicciones y me hago responsable de ellas, no me gusta
ser adoctrinado pues soy fan de elegir con que veneno envenenarme.
Soy un abogado despiadado y a
veces el pasado me cobra peaje, tengo dos tortugas y un lunar en forma de
camellito en la espalda, como mi madre no siento cosquillas, busco no
traicionar mis principios, si naciste policía no te mueras de ratero.
Sé resolver problemas y también darlos. Soy antifeminista
porque tengo demasiada buena opinión de las mujeres. Hago oficio, dejando
sueños, aferrándome a otros voy como un barquito de papel en la caudal de los
ríos que se forman en las banquetas. Me causan repulsión las victimas por
convicción.
Lo bonito de ser esta
clase de primates parlantes es que cuando nos enamoramos podemos literal adorar
los demonios de las persona.
No tan simple no tan complicado, simplemente uno que les
escribe con cariño.
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