“Feli cuando te mueras en tu
funeral se hablara de todo menos de tus logros jurídicos”. Fue la sentencia que
me tiró el fabuloso Pedro Antonio, aconsejado por las altas dosis de Whiskey
que teníamos en las venas. No le di
importancia, no era la primera vez que un amigo me dispara un par de flores
desde que me tome nada en serio esto de ser bloguero. La verdad de las cosas es
que no tengo madera para ser escritor profesional, pero lo hago casi todos los
días por el puro gusto de escribir, esperando solamente un “me gusta” en alguna
red social.
Pero no somos más que unos
muñequitos en el teatro de las casualidades cósmicas, gracias a mi terquedad de
llenarles los ojos con letras mal puestas, me he llevado un motón de premios. Por
obvias razones ninguno de las personas serias de las letras.
Muchos de ellos me
ven como un niño del Teletón aprendiendo a andar en bicicleta. Otros me dicen
que escribo honesto, tal vez lo sea pero siempre me guardo un par de secretos,
otros tantos con cariño señalan mi carente falta de ortografía. Pero perdiéndole
miedo al miedo les rayo sus murros esperando solo compartir esto que se llama
escritura viva. Tan viva que debe tener un montón de errores como los tiene la
vida misma. Pero se siente re bonito que una niña de esas presentables para
este impresentable me lea y eso que nunca la he visto. Lleguen estas letras con
cariño para ella.
Ya que saqué al mariquita a
escribir, ahora le toca el turno al Feli desgraciado, este sujetillo que me
habita cuando las cosas se ponen hostiles o mejor dicho me pongo hostil. El sábado
me invitaron mis queridos compañeros de vivienda a un concierto un grupo con
una corista Lesbianita que lo que tiene de lesbiana lo tiene de guapa. Me confieso
débil ante la belleza femenina que son las jefas de algún grupo roquero. El
grupo bueno en términos generales, no puede analizarlos como ameritaba la
ocasión, porqué estaba bien acompañado por una señorita amiga de mis amigos.
La señorita tenia esas caras que
tienen niñas buenas, su vestimenta discreta pero con muchos detalles de coquetería,
este tipo de cosas que se cuelgan las niñas para robarnos un par de suspiros.
Noté un cordón rojo en su cuello y le pregunté el significado de este y mi cara
de idiota cuando me dieron la tremenda explicación.
La morita practicaba el Budismo, entre
sorbos y sorbos de cerveza finguia que le ponía atención en sus chakras y
sus consejos para reencarnar en un ser superior. Suelo ser más prudente antes
le hubiera contestado: “El budismo pierde mi atención cuando pienso en que cosa
tiene que hacer un perro para reencarnar en algo superior. ¿Ladrarle bien a los
extraños? ¿Mover lindo la colita a su dueño?”, pero después de la metidota de
pata que di el viernes, donde expuse mi teoría de hacer dinero vendiendo perros
al ejército con un grupo de defensores de los animales de ultranza. Decidí
guardarme mi linda y sabia opinión para expresarla con ustedes tres alamas que
me leen.
En fin después de soplarme sus teorías
existenciales, escuche la palabra ex novio, como quinientas veces en tan solo
tres frases. La pobre budista había aguantado un patán dueño de un bar que se metía
al baño de su bar a comerse una que otra clienta y lo hacía en su cara. Si yo también
pensé en esa palabrita “ESTUPIDA”.
Pero su karma no quería consejos solo necesitaba
que la escucharan, después se habló de su terapeuta. Y en el inter la budista
tomaba como si supiera que en su próxima reencarnación no existirá el vino.
Cada tema más doloroso que el anterior. La verdad de las cosas es que si había tenido
una vida muy dura o al menos así lo platicaba. La plática se puso en su clímax
cuando toco el tema de sus amigos gay y las platicas que lleva con ellos. En el
último desayuno de sus mariposas se habló de sexo oral. Ahí si puse mi cara de súper
atención, escuchar hablar a una señorita borracha de sexo oral es un tema digno
de salir en el Discovery no lo ¿Creen?.
A cada historia en mi cuenta se
le apuntaban un montón de chelitas y otro motón de Jacks, vamos si la señorita quería
desahogar su alma en pena, acompañada de licores no seré quién la interrumpa
por cuestiones tan burdas cómo el dinero.
El problemita fue que ya entrados en
copas y en gastos por ellas, llegaron los promocionales de Jack y regalaron un montón
de latas de lo que yo estaba tomando. Fui generoso con el platica, no interrumpí
una sola palabra, fui buena persona ahí estaba mi hombro para que una perfecta
extraña llora y sin embargo la cosa llamada Karma me trato como perro paliado.
En fin, viva la libertad y que
cada quién crea en lo que más le convenga y a mí me conviene dejar de invitar
tragos a alamas atormentadas.
Me despido no sin antes
agradecerle al buen José Salmeron sus comentarios y a la vida le agradezco que
me lo ponga otra vez en mi camino, era bueno de maestro pero mejor de amigo.
No entiendo en qué clase de tugurios andas metido, pero -a lo mejor- ruborizarías a un alma pura y casta. Lo que ya no entendí fue si la dama con la que compartiste tantos tragos, además de budista era lesbiana. Espero que cuando andes por aquí, en GDL, lo termines de platicar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Escribes muy bien, jeje. saludos. y Feliz Navidad Diego Fernandez del Valle
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