tratado de locura.

Suelo tener señales de un pequeño psicópata, hay un desequilibrio en mi redondel y una pequeña ardilla un poco floja en mi hombro derecho, porque siempre me aconseja tarde y mal. Ayer me desnudaron el alma, hicieron un poco de síntesis de mí existir. Está bien, yo lo único que quiero es querer más.

Quién quiere la perfección en una persona, cuando es un hecho que no está ahí.  Pero da igual, hablo de ese sentimiento que te hace ver las cosas malas como buenas, las buenas como excelentes. El estado de estupidez perpetúa. No solo es sexo, es un poco más. Romance es lo que nos separa de los violadores, pequeños detalles que nos hacen sentir los grandes del universo. Vamos a tomar el último vagón del tren de las historias de amor, que se hacen argumento para películas cursis americanas.  Ya estoy hablando otra vez de amor, la lesbiana que habita en mis entrañas también le gusta escribir, hay que darle oportunidad. No quiero que se me discrimine por discriminar a los de diferente género. 

Bipolaridad con esquizofrenia, para llevar por favor. Quiero cambiar de humor cada minuto, y quiero ver los pajaritos que habitan en mi cabeza. Pastillas para curar la locura prohíbanlas por ley. Ya tenemos mucho tiempo anestesiados con televisión y el deber de cumplir los roles que nos hemos auto impuesto, por la cortesía de mantener a la especie humano chango parlante habitando el mundo, como para estar comprando pastillitas en la farmacia. 

Quiero patear a todo aquél que pide dinero regalado por chantaje sentimental, porqué no dicen que les da flojera las ocho horas. Prometo sacar de la oreja, al niño enfadoso que vende cigarros y flores en los bares. No tiene nada que hacer un niño en un bar, menos en mi bar, es ilegal e inhumano, un menor de edad trabajando en un bar a deshoras. Pero porqué solo yo me doy cuenta. No es caridad lo que se hace cuando se le compra cigarros o sus flores raquíticas, lo que se hace es seguir manteniendo el negocio de la caridad. Tan cruel como lo es el narcotráfico.

Pero bueno, ¿No dejé  en tu casa, mi Prozac ….?.