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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







viernes, 15 de junio de 2012

Lo imposible, es solo una opinión.


Estaba con más miedo que ganas, una cañita entre mis manos. El lugar acogedor, un pequeño restaurante en la colonia Condensa. La estación se llama y es atendido diligentemente por dos sujetos que reflejan cabalmente el sueño mexicano. También existe tal cosa, son muchos extranjeros que hacen de México el lugar donde si trabajas duro los sueños se hacen realidad. 

Era mi primer visita como vendedor del café Paluch´en . Qué carajos hago yo vendiendo café, en qué momento me apasione tanto por esto de dotar cafeína a mis semejantes. Hay personas que en su tiempo libre ven televisión, otras leen un poco, otros les encuentras figuras a las nubes. Pero yo que soy raro decidí hacerme un embajador del café chiapaneco, más por amor al arte que por los dineritos extras que se pueden generar por la venta. 

Los dueños un poco nerviosos, tenían el no en la boca. Por más bueno que estuviera el café. La razón era simple, no tenían espacio para una cafetera. Sin querer inicié a dar soluciones a los problemas que me comentaban tener. El lugar estaba atiborrado de clientes, a mi me interesa que mi café se venda ahí. Porque es un lugar de calidad para mi café de calidad.  No podía salirme de ahí con un “no” como respuesta.
Al final el aroma del café habló por sí solo y yo puedo jurar que después de tres tazas de café puedes alucinar. En mi caso alucine que todas las personas que me rodean tienen el sagrado derecho de la dosis de buen humor que contiene cada taza de café.  Yo entregué dos muestras para que la pusieran a sus más estrictas pruebas. 

El resultado lo sé de antemano, el café tiene espíritu de personas preocupadas y ocupadas por el medio ambiente, también nos interesa la salud al no ponerle pesticidas y esas cosas que abaratan el café pero deterioran la salud humana y el suelo productor, también nos preocupa y ocupa que el campesino sea bien pagado por su laborar de chiquear cada matita de café.

 Pero sobre todo el café sabe a lo que tiene que saber un beso de Dios.  Por eso yo vendó o promuevo lo bien hecho en México, por eso no tengo afiliaciones políticas, creo en México por sus personas, pero creo que para cambiar las cosas hay que cambiar al mexicano, sin esperar que Don Enrique o Don Andrés o Doña Josefina sean lo seres míticos que podrán hacer el cambio.  Vamos a comprar lo nuestro, pero lo bien hecho, vamos a apoyar al campesino no con dinerito regalado de papá gobierno vamos a pagarles lo justo por su trabajo. 

Ahora si se me ha ido la olla por completo, la locura me gano un poquito en este viernes, pero por cierto y para quién pueda visitar este bonito restaurant.  La estación estaré ahí tomando una tacita de café o una buena tapita de serrano. 

Y si venden el buen café Paluch ´en, para llevar.

2 comentarios:

  1. Es bueno tener a alguien tan comprometido como tu y un café tan rico como el cafe Paluch'en, ojalá tuviéramos más

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  2. El café Paluch'en es uno de los mejores cafés que haya probado en mi miserable vida. Y de eso no sólo doy cuenta yo, si no algunos de los más finos bebedores de café que conozco.

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