Disculpen la tonterías, es que soy rubio.

En casa del herrero azadón de palo, se me terminó el café orgánico ese mismo que sabe a tierra de Chiapas, a mano de niño puro de alma que escoge con cariño cada granito que sale de la planta, Mentira no sé si los escojan niños espero que no, ya saben estoy en contra del trabajo infantil en cualquiera de sus presentaciones. 

A falta de buen café y sin tener ganas del café al más estilo calcetín, he ordeñado mi narco tiendita de café para mi consumo personal y apreciando el trabajo de Doña Maria la señorita que hace el aseo en la oficina y que me adoptado como su chiquis y dentro de sus mimos me limpia artesanalmente mi cafetera. Pues hay estoy poniendo mis tres cucharaditas de café el agua en el depósito y “Press the red button”. Listo ¿no?. 

Pues no, mientras reviso los pendientes del trabajo, las juntas que hay que atender, los mails que hay que mandar, las actualizaciones en el sistema francés, los posibles humanos que he deicidio hacerlos adictos a mi café. Siento mi brazo mojado, y una ligera cascada, mi gen rubio me ha impedido poner bien la cafetera, por lo que el momento del café de la mañana, aquel que suele ser mágico se ha convertido es un desastre los papeles se han puesto mojados y mi lugar de trabajo ahora es un bonito tendero de vecindad. 

 Ni modo así pasa cuando sucede, el dolor de muela de ayer me impidió asistir a dejar café en la Estación, lugar que será y lo juro por mi alma de borracho simpático en mi lugar favorito por aquello del buen servicio y sobre todo el sazón Españolete. Esos pinchos de serrano me recuerdan Madrid y sobre todo a Lady Madrid. 

Pero el dolor de muelas es de lo peor que puede pasar, porque si la naturaleza es sabia, nos puso nervios en los dientes, en vez de nervios debería haber sesos para pensar dos veces la cantidad de basura que comemos. En fin me cure con agua de vida es decir Whiskey, le tomé fuerte sin pasármelo para emborrachar al muela fallida y me dejara dormir. Mi remedio fue efectivo, seguro mi muela se me puso borracha y no dio lata en la noche.  

Quién sabe cómo llegó a mi colección de pelis una de un escritor, odio esas películas siempre me dejan pensando y otro tanto envidiando la vida de locura permanente voluntaria. 

En fin estamos dándole duro a muchos proyectos al mismo tiempo y solo me ocurre decir animo mi sexy y barrigón eres rubio date chance pero no te me rindas.