El hombre volteó su mirada al
cielo y se creó la necesidad de creer en algo. Fenómenos meteorológicos fueron
explicados en forma de deidades.
Todo inició con la magia. Después se creó ese engaño de ser superiores
a los otros pueblos, el pueblo elegido por Dios, el pueblo de Zeus, el pueblo
del Vino. Y se encontró la justificación de privar de la vida, de hacer
esclavos para beneficio de un Dios que en el fondo no es otra cosa que egoísmo
humano.
Ahora tenemos hijos de Dios, de
partidos políticos, hijos de políticos, hijos de sistema de gobierno, hijos del
capitalismo, hijos del comunismo, hijos neoliberales todos con diferente padre
pero de la misma madre, la famosa chingada.
Sin dejar a un lado que aun conservamos
vigente la necesidad de creer en algo superior que controla nuestras vidas y
por lo tanto el que no crea en lo que nosotros creemos tiene que estar
destinado a la hoguera de la incomprensión.
El ser humano ha evolucionado poco en creencias
y mucho en herramientas, seguimos manteniendo circos romanos, seguimos teniendo
poca empatía por nuestros semejantes y por nuestro entorno. Los sacrificamos
con justo al dios llamado Progreso.
Y pisando la naturaleza y a nuestros
semejantes hemos descubierto la manera de viajar a la Luna, de curar
enfermedades, de prologar la vida con buena calidad, de comunicarnos al momento.
Unas cosas buenas otras no tanto como la imposición de ideas o creencias. ¿Balanza?,
juzgue usted mismo. En mi utopía somos todos unos buenos recolectores de frutos,
cazadores o pescadores.
También está la necesidad de
creer sentimentalmente, hacemos piruetas por creer en esa persona o persona,
que en los hechos denotan otro tipo de personalidad y no la que creemos querer,
pero le justificamos todo. Al final es más fácil y menos doloroso justificar
que darse cuenta que nuestras creencias son erróneas.
No todos son villanos ni todos
son buenos, somos una parte de bueno con malo. Porque nuestra naturaleza así es
una Dubalin de sentimientos e ideas. No te tomes la vida tan enserio porque al
final no sales vivo de ella. Cree en lo que más quieras, pero sobre todo las
cosas respeta a los que creen que otra cosa.
Yo creo que no sé bien que digo…. Necesito un
poco de creer en mí mismo.
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