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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







martes, 5 de junio de 2012

Bendito anonimato.


Los retornos de Guadalajara siempre me son pesados, después de mi vista  tengo dos días de depreciación pos parto. Siempre la misma pregunta ¿valió la pena el viaje? ¿Qué hago aquí? 

En casa de mis padres era un conde de angora junior, de elegancia natural, con ropita planchada, majares de doña Ana, luz, agua caliente y nunca me faltaba una buena noche ni algún buen amigo para gastarla. No sabía pender un boiler, no sabía cuánto vale un kilo de jamón, los calcetines me los quitaba y mágicamente aparecían lavados y plancheados en mi cajón.  Era el hijo de don Felipe y doña Anna, era el ex novio de fulanita de tal. Me saludaban en las calles. Las tapatías me guiñaban un ojo en un día suerte. 

Ahora soy un maestro albañil, que debe de prender el boiler para bañarse con agua calientita, hay noches de absoluta soledad por lo mismo me vi obligado a brindar con extraños, los calcetines se lavan junto con las camisas, los chones, los pantalones y no solo eso, hay que saber planchear con arte y esmero. Las paredes llevan dos o tres manos de pintura, las cerraduras se ponen con broca para concreto, los baños se tienen que destapar con asco o sin él. Y al final de la jornada debes seguir siendo un abogado de corbatita.

En esta ciudad soy un hijo de la chingada, o un hijo de nadie, o vamos eres una alma más en esta ciudad linda y hostil. En las calles me tengo que cuidar de no ser arrollado por uno de estos conductores que tiene prisa por llegar a ningún lugar. Bendito anonimato pero también de vez en cuando se extraña encontrarte algún fifiritas de tal haciendo la compra. 

Podría ratonar a la vida de Guadalajara otra vez, pero como Cortez hace mucho que quemé las naves, no puedo rendirme, porque alguna vez escuche que solo los perdedores renuncian y lo seré el caluroso adjetivo que quieran poner mis ex, pero eso si perdedor en todo su expresión de la palabra no me siento . Por lo que hay que seguir andando en esta ciudad, perdonadme el no volar , y anquen siento que nada me sale o no me sale bien, de vez en cuando me siento útil con independencia que me desespera un poco mi torpeza de manos al barrer y trapear un piso. Pero al final se ve mejor mi pisto limpio por mis manos, por que tiene una carga de orgullo. 

Dicen que la experiencia es lo que obtienes cuando no tienes lo que buscabas. En esta ciudad he obtenido un montón de experiencia, un par de labios rotos, un corazón curadito, unos buenos amigos, unos buenos hermanos, una perra que extraño en las mañanas, una vecinita de seis años que me platica de sus clases de ciencias naturales mientras yo decido aprender a poner unas persianas Americana.

Ahora también soy orgulloso promotor de un café chiapaneco del Paluch´en que quita lo feo. Si lo feo de las mañanas de nostalgia. 

Me despido tengan el más bonito martes.   

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