Soy un pepenador de sabiduría popular y puedo escribir según
el estado de ánimo que tengo al momento que tengo una pluma o los dedos en un
teclado. Además soy muy bipolar cualidad que tengo que seguir cultivando para
ser algún día una persona que pueda invitar las cervezas con las regalías.
El punto es que me levanté, con estas ganas de besar pero no
solo de besar, más bien dicho con ganas de de ser un intenso peligroso y un
poco romántico. Qué tiene de malo robarte un corazón para tu vida. Al final se
puede encontrar la felicidad en un café en la mañana, un que tengas bonito día
y te toca sacar la basura. Hay vienen las ganas de enamorarme otra vez. Podría
ser un lindo dolor de muelas y tenerla enamoradita hasta el final.
No quiero irme despacio, quiero aplastar el acelerador con todas
las luces en verde a la vez. Quiero que mi vicio nuevo sea esa persona. Podre
si se puede sobornar los sentidos y la mente para que me espere en casita con
un reproche de esos que dicen las personas enamoradas.
No soy el hombre perfecto, pero puedo ser bueno para limpiar
los platos después de cenar y compartir risas por mis acciones que resultan de
mi pequeño retraso mental, o podemos investigar como domar los demonios
internos que se meten en la vida de pareja.
Posiblemente
sigo con la fantasía de enamorarme todos los días, quién sabe puede que sea hoy
el día que los duendes la levanten susurrándole al oído que este Sexy y Barrigón
esta hasta el tuétano de ganas de besarla y con suerte enamorarla.
Tengo el
caballo en la puerta, es una poesía que tendría que haber sido de mi autoría,
pero los poetas siempre se roban las líneas que les queremos decir a las
damitas complicadas de historia.
Cursi, cursi…..
Pero es lo que hay.…
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