Tengo 26 años soy una mujer de
esas que se presumen como de buena educación, de niña vi a mi Mamá en labores
exclusivamente de la casa. Mi Papá nunca dejó que mis hermanos lavaran los
platos o se “ensuciaran” con labores domestica. Sé que en casa el hombre puede
pasar noches enteras con las prostitutas y mientras lleguen a casa con dinero
para solventar los gastos corrientes las mujeres debemos mirar a otro lado,
para conservar el estilo de vida y sobre todo los amigos de nuestra colonia,
que no es como las de la periferia de mi ciudad.
Me siento atrapada en este rol de vida
impuesto por tradición generacional, donde las mujeres tenemos que estudiar
alguna carrera para después encontrar a un hombre que nos ponga casa, perro,
sirvienta y una bonita camioneta para llevar a los hijos a la escuela. El amor
debe ser algo como lo que sale en las novelas o lo que sale en las novelas de vampiritos
que tanto me hacen soñar. Pero sinceramente nunca me he dado la oportunidad de
dejar la comodidad de la casa de papas para salir a buscar mi propio camino.
Tengo muchas ganas de hacerlo, pero si salgo del nido materno muy seguramente
mi madre sufra por lo que la abuela dirá.
Me mato a dieta y el espejo de
repente se pone en mi contra, suelo verme como una sobreviviente de un campo de
concentración, pero maquillaje y consejos de revista me ayudan a verme tan
linda como para salir en la portada del suplemento de sociales del periódico de
mi ciudad. Supongo que no estoy tan mal aunque mi cuerpo me grité. La belleza
cuesta y suele ser necesaria para conservar los apellidos.
Soy muy buena haciendo diseños
industriales. Aunque mi novio no quiera creerlo soy más inteligente que él y
seguramente ganaría más dinero que el negocio de su Papá, pero tengo que
quedarme tonta o parecerlo. Para gustar a los miembros del club, todo antes de
quedarme sola como la tía abuela que tiene que pedir dinero al abuelo.
Llevo tres años con mi novio, sé
que tiene problemas con el alcohol, no es violento conmigo lo que me dice sé lo
que hace porque me ha de querer a su modo. También sé que se van a ligar a unas
chachas con sus amigos, el supone que no me doy cuenta pero la verdad de las
cosas los hombres engañan muy mal.
Me siento un poco culpable porque
en aquel viaje a las Vegas conocí a Juan que es de Tamaulipas, y la verdad hicimos magia, basto con un “hola”
cuatro shots de Perla negra para que me hiciera besarlo en el elevador. Y para
que contar lo que hicimos en su cuarto de hotel, la verdad me siento mal porqué
disfrute más que con mi novio, Juan no me obligó a hacerle el sexo oral, pero
se lo hice con gusto. Eventualmente platico con él en el chat. Mi novio jamás
sospechara que coqueteo con otro tipo vía internet.
Sinceramente ya quiero que me den
mi anillo de compromiso, elegir mi vestido, el color del vestido de mis amigas,
espero que quieran un color Mamey para que no se sientan como vacas en engorda.
Y yo perder estas llantinas porqué tampoco me quiero parecer a Keiko en el día
de mi boda, tiene que ser todo perfecto para después emborracharme para sentir
que me divertí, como lo hago en los antros donde mi novio consigue siempre mesa
de pista, que al final la usa de almohada.
Después de la luna de miel,
quiero embarazarme rápido. Si él se lo va a pasar con sus amigos y metido en la
oficina haciendo dinero. Yo quiero entregar todo mi amor a mi hijo o hijos, con
eso me dicen que me sentiré mujer.
Sexy y Barrigón, ¿estoy bien o
necesito ayuda?
Querido personaje de ficción, por
mi date un tiro y déjame trabajar. Cuando me decida ser escritor juro que
terminare tu historia.
Marina Hernández Rubio jajaja...te quiero amigooo! así...así nomás!...nena, reina del hogar y nazi...lleno de contradicciones y congruencias a la vez, varios en ti y tú solito, sin múltiples personalidades, sino una sola con diferentes combinaciones!yeah!! ;*
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