Nunca digo la verdad pero nunca miento

Nunca digo la verdad pero nunca miento, me queda un poco de corazón que recupere por ahí, estoy buscando inspiración de donde se deje.

Sé muy bien que no soy novelista, pero todos los días le intento. Creo que mi género es un poco más burdo como el pasar de cada hora del día.

Pero se me ha ocurrido el título de la novela “En ciertas ocasiones puedes ver Ángeles en el infierno”. ¿Qué le hacemos? .No soy más que un peatón contando historias del ahora como las tortillas calientitas de los tacos recién hechos de doña Lupe.

Me he dormido en mis laureles, buscando mujeres que me quieran para siempre, en el fondo de mi cuarto tengo un plantita plantada en mi zapato negro que use para embargar, para correr de juzgado en juzgado, para recorrer la ciudad a pie como me gusta.

Y he estado despertando mis recuerdos dormidos. Y al final estoy solo en unos desiertos de personas. Pero hay que apretarle los dientes a la soledad. Píntale el dedo

Es tarde para dar palabras de dolor, no hay que pensar mucho en las esquirlas del amor, hombre que he sido un gran hijo de una señorita que fuma en la esquina, sicario de corazones. Queriendo o sin querer. Siempre he sido ferviente en decir un no te quiero, que al final de las historias se agradece.

Hay días que me han reprochado que no salgo, y claro que jode que los amigos que quieras te inviten a salir y tu ahí con el humor como de una colegial con cólico de miedo, va nunca me ha gustado forzar la fiesta y la verdad de las cosas me gusta tomar con sol las trasnochadas las extraño pero ya no las aguanto tanto.

¿El tabaco?, veo inhumano que no dejen fumar en los bares, en restaurante sé que tengo que dejar de fumar pero va habrá que buscar una buena razón. Pero cuando las cosas están mal siempre el tabaco relaja. Vivir mata, fumar mata, comer mata, bueno pues uno está de acuerdo y ya. Cuidarte toda la vida el estuche para que al final te atropelle el tren vía, o una bala perdida de algún narcotraficante princípiate te mande a rendirle cuantas a San Pedro .

Reestructurando las ideas mañaneras a falta de buen café, que buena vida he tenido. Por cierto a un beso para las madres y otro para las mamitas. Que le hacemos ñero pero contento.