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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







viernes, 6 de mayo de 2011

De pequeños principios resultan grandes finales.



Yo nací una tarde del 3 de septiembre del año 1980 del siglo pasado, "siglo pasado" que duro se escucha pero así salí.

Siempre me he distinguido por tener una imaginación activa, todo el tiempo estoy fuera de lo que podríamos llamar realidad. Yo mantengo que estoy en mi otro mundo. En fin no sé si me platicó mi madre mi nacimiento o es resultado de mi imaginación. Juzgue usted solito.

El lugar donde ingresé a habitar esto que podemos llamar mundo fue una clínica, por una comida. Si, suena extraño, pero el doctor encargado de que Doña Ana diera a Luz, tenía una comilona con sus amigos, y como yo estaba programado para agosto y ya estábamos en septiembre, pues tomó la delicadeza de provocar el parto para no arruinar la tertulia con sus amigos. El doctor no me preguntó a mí que, supongo, era el más interesado de salir de aquel cálido vientre donde lo único que tenía que hacer era comer un poco de placenta y respirar por el tubo. Eso si era vida.

En fin unos químicos secretos provocaron mi salida prematura y es que siempre he sido medio contreras y medio tardadito por no decir flojoncito en mi cosas, hasta para nacer. Necesitaba más tiempo, si todos necesitan 9 meses, yo quiero 10 meses para que el producto valga más la pena. Siempre he sido anti prisas, no entremos en detalles del parto pues a pesar de lo romántico que pueden decir sobre ver un parto, yo no he visto uno en mi vida y no sé me hace simpaticón ver como a una damicela le sacan una sandia mojada de su cuerpo.

 Pero lo que sí sé con seguridad es que mi pequeña cabeza fue sujetada por un cierto tipo de pinzas, unos llamados fórceps; ahora que analizo las pruebas, el pediatra fue o es una autentico huevón.

Mi abuelo paterno, del cual tengo muy buenos recuerdos, enojado por los métodos “modernos” de desalojarme del útero de mi madre, quería ponerle unos cuantos golpes a aquel médico. Pero de seguro al ver esa pulga “werita” plácidamente dormido, se rindió su instinto asesino ante el instinto cursi que da casi siempre al ver un niño recién desempacado.

Fui el primer varón de la Familia Gallo Korkowski, segundo en orden, que les puedo decir siempre he sido un caballero y para mí, que una mujer pase primero que tú, se me hace una gran idea de algún poeta. Y claro está, mi padre no tenía otro nombre que ponerme que él de Felipe de Jesús, ahora que para ahorrar problemas legales y carrilla de los compañeritos crueles de primaria legalmente me dejó nada más el Felipe. Siempre me ha gustado mi nombre impopular, porqué bueno, porque así me llamo, segundo porque así se llama mi papá y tercero, y aquí entre nos, un día que descubrí que era tocayo del galán de la bella durmiente.  

Que todos los bebes son bonitos, yo digo que sí. Y aquí pecando de vanidad y de falso orgullo, puedo precisar que fui un bebe bonito, pues la maquila de mi fábrica es estupendamente bella, mi madre es guapa, que digo guapa, es muy guapa; mi Papá tiene también los encantos estos que a las féminas hacen suspirar, si hubieran sido malos me hubiesen alquilado para posadas haciéndola de niñito dios en posadas. Pero aquella grande belleza terminó rápido  y si le sumamos el café, el tabaco, los años vividos, las arrugas prematuras por el sol, los bigotes que dejo salir y otras cosas dignas de un metro sexual, no me queda de otra más que aceptar que ahora soy de esos feos. Sin complejos aclaro, pero feo al final de cuentas.

Ahora ya tengo 30 años de habitar el mundo no sé bien lo que he de hacer, pero si sé poner las cosas simples y con los ojos abiertos mantengo a mis amigos, recupero a otros que perdí, aprendo a vivir sin recorres baratos, trazo un plan acomodado, me hago de más principios morales, me casó con una buena señorita y sobre todo, en todos mis juicios, me topo a un contrario UN POCO MÁS PENDEJO QUE YO, podría tener un grandioso final.

Pd.  Vida no hay prisa de que te termines.
Se despide este sexy y barrigón

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