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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







jueves, 30 de diciembre de 2010

Puntos finales.

Existe un poema de San Sabina que dice: “lo malo de los puntos finales, es cuando no le siguen los puntos suspensivos”.

Por cuestiones de gramática he tratado de fijarme en estos símbolos gramaticales, por respeto a la persona que me lee, pero en mi vida he tenido que ponerlos con sangre sudor y lagrimas.

Es muy difícil aplicarlos, es decir  un “hasta aquí se llega” .

Yo los descubrí cuando me vi involucrado en una historia churuburesca de amor, me decían que si, para después mandarme a la banca con la boca dolorida de las ganas de dar besos. Un buen día me mando un mail, con una justificación que la verdad de las cosas era un insulto a mi intelecto, le conteste lo más honesto que pude ser, lo más sincero y político posible. Mi respuesta consintió únicamente en un punto, nada más. Con lo que le decía todo, sin decir nada. Fue un no te quiero más, no quiero hablar más, no quiero escuchar mentiras, no quiero más.

Así mismo, después de muchas batallas, descubrí que cuando terminas la relación es justamente poner punto final. Para iniciar un capitulo nuevo en tu historia.

Uno habita en las tierras no tan lejanas de la torta de tamal, la señorita en tapatilandía. Me gusta, posiblemente le gusto, pero no lo es todo, y aunque también se jugarme la boca. Hable con mis ideas y por mucho que me gustaba no reunía los requisitos. No hiso lo que yo si hago por cuestiones de amor, no reclamo pero así es la vida, no me gusta hacer perder el tiempo ni que me lo hagan perder. Punto final a la relación, antes de que iniciara. Dolió pero sé que de todas formas perdía. Y juego a no perder mucho.

O esa vez que estaba estúpidamente enamorado, cuando no me importó si mis papas la querían o no, si mis amigos la querían o no. En una injusticia de la vida, pues ella no había hecho maldad alguna que no fuera ser ella y por eso mismo la quería tanto. Pero otra broma del destino fue su comportamiento  un poco difícil de entender, hubo un par de cuernos que me adornaron, tenía sus cosas lindas y su lado obscuro muy maldito. Al final cuando en el Caribe me tope con una señorita que me prometió sin decir nada que me iba a querer. Le puse un punto final muy doloroso. Si la cambie, por lo que considere que era mejor. Al final de la historia también me puso un punto final. Que aprendí a respetar.

También he sido “victima” de los puntos finales, me han acribillando un par de veces, mando mi autoestima y mis sueños de Romeo a freír por culo. Una relación de 5 años terminó así con un “bueno así las cosas”, y poniendo punto final me mando al mundo del olvido.

No me puedo quejar de los puntazos finales que me han dado, no ocuparía esa palabra. Me considero tan victima como sicario de los sentimientos propios y ajenos.

Perdón por la tristeza, es otra frase del sabina que tomo prestada, y otra de mi amigo Peña, “cuídense de los puntos finales” o ¿era puntos suspensivos? . Para terminar este mmmmmm, ¿Pensamiento? ¿Declaratoria?, por favor póngale el adjetivo que más les parezca.

Se despide este tan usted y tan de nadie Sexy y Barrigón.



















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