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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







jueves, 17 de noviembre de 2011

No hay sueños estúpidos. Solo estúpidos con miedo de perseguir sus sueños.


Haciendo un memorándum, sentado plácidamente en la silla rotativa, postrado en mi escritorio laminado un tinaco de café, que a mi lado humea en torno a la monotonía de la vida de oficina. 

Todo indicaría que sería un día normal de trabajo luciendo la cedula profesional. Pero sentí una necesidad de parar lo que estaba haciendo, por un sensación de hormigueo en la cabeza. Justo fue el momento cuando descubrí que tengo conciencia y la muy desgraciada habla, no me está gustado como lo hace.

Las penas que siento son reales, una eterna pesadilla, una cruda que pareciera no tener fin.  En qué momento perdí la pasión que habitaba dentro de mí. Me habla el complicado y enojado yo, como me gusta hacerlo callar con compañía, con televisión, con un bozal. Pero si me descuido, suelta la lengua provocando la estúpida ansiedad. Otro cigarrito más, otro sueño de ser alguien. Vamos lo que sea para que se calle la estúpida conciencia. Solo puedo cerrar los ojos y confiar que todo saldrá bien, la ley de la probabilidad me ha de sonreír, por la cantidad de golpes que doy al aire. 

Hace unos años que pase el punto de no retorno. Solo y odiándome por las veces que me le quedo viendo al teléfono esperando el sonido de llamada entrante, para sentirme acompañado.

 Y aquí sigo aferrado a mi taza de café para no derrumbarme ante el reloj de arena que marca los días que me quedan para sentir mi respiración antes de un beso, mi caminata antes de iniciar la carrera, ese estúpido miedo antes de actuar.

Un cumulo de malas decisiones, diría mi epitafio si me voy hoy a visitar el más allá. Pero hoy veo al miedo a la cara y le grito: Ya no importas.  

Ya sé no tienen que decírmelo, el de la culpa soy yo.

Cansado de navegar avistando tierra cuando la barca está hecha para saber si el mar tiene un fin, ¿De qué tienes miedo?, si lo intentas y fallas siempre puedes volver a tu tonta vida.

No hay sueños estúpidos. Solo estúpidos con miedo de perseguir sus sueños.

Kiwis a esto.

2 comentarios:

  1. Marcela Orozco dice: don ramon me gusto bastante ehhh

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  2. Patricia Moreno opina: Gallito!! stoi de acuerdo.. solo hay estúpidos con miedooo.. y no calles tu concienciaaaaaaa!! d repente tiene buenas cosas x decir..!! Slds.

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