Estoy viendo los lugares que podrán
ser el nido del gallo. Pequeño coqueto departamento, Sobrevolé el infierno de
los puntos infonavit y ahora navego por la tormenta del papeleo burocrático y
espero cruzarlo pronto.
Parece que dejo atrás mi época de Tyler Durden
en la casa de la risa, he inicio tener un espacio pronto que sobra decir que será
tan de usted y de nadie.
Una vez agotadas las noticias que
a nadie importa. Vamos a discernir mi molestar de hoy, me levante con la
noticia de que en tapatilandia dejaron como veinte cuerpos en la glorieta de
los arcos del milenio. Lo último que vi en televisión fue un programa sobre la
trata de personas. Y me pregunto ¿Qué te pasa querido Mexicano?. Según las
noticias mi patria es el lugar perfecto para sufrir.
El exigirle a nuestro gobierno
que termine con los malos, es tan estúpido como pedirle a Dios que se lleve a
los pecadores. Pero vamos aclarando este asuntito, mientras en el mercado
existan consumidores siempre habrá oferta. El narcotráfico es un fenómeno social
que ha evolucionado que se ha trasformado. Antes era un negocio familiar, ahora
cualquier imbécil con hambre y una pistola es narco.
Peladitos con ganas de
tener sus trocas del año y sus señoritas retacadas con kilos de silicón,
vestidas con diminutas prendas de marcas que no pueden pronunciar. Y el mexicano que adora la “vida narca” rinde presbicia.
Hacen negocios con ellos, viven con ellos, se dejan cortejar por estos maleantes.
Otros se meten toda la felicidad que venden las lindas personas que cercenan
cuerpos humanos y nos dejan su arte macabro por todas las ciudades de México. Y
mis queridos Norte Americanos que con sus ganas de viajar por su habitación,
dejan sus cueros de rana en manos de los Sicarios, Halcones, Capos o cualquier
otro mote elegante que se les da a estos chingados delincuentes. ¿Quién es el
culpable?. ¿No? te haces parte del homicidio al darle recursos a homicida para
que compre sus pistolitas y su cinta canela. Cada cigarro de mariguana, cada línea
de cocaína, cada tachita lleva consigo unas gotitas o un chorro de sangre.
Aunado todo lo rodea el negocio de vender felicidad instantánea, que después de
convierte en un sufrimiento interminable.
La trata de personas. Indigna
saber que la esclavitud es una condición humana tan vigente como lo fue en la época
de Espartaco y sin embargo ponen puticulbs como 7eleven en avenida Insurgentes
en pleno corazón de la capital se ofertan señoritas que son tratadas como mercancía.
Y mis Mexicanos acuden a estos lugares a fomentar el negocio de las almas. Si
no quieres vivir a merced del Crimen no les des más dinero para que hagan sus porquerías.
En fin me despido indignado por todos aquellos que hemos dado dinero para que
México sea un lugar perfecto para sufrir.
¿Hasta cuándo?
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