¿De qué me sirve demostrarles que puedo ser todo lo que esperan de mi, si yo no quiero ser nada parecido a ustedes?.

 Me desperté suponiendo que soy sonámbulo, mis patas de gallina con polio, no me ha dejo de doler desde que abrí el ojo con defectito. Si fuera súper optimista diría que dormido he corrido dos maratones, realmente el cuerpo lo siento “tullidito”, es decir engarrotado. Vaya usted a saber si fue por el día domingo en que lave pisos, lave baño, lave regadera, lave ropa, lave sabanas, bueno hasta me lave las ideas.

Y ahí está el otro problema, por andar de Ada madrina  me entró una ansiedad por lavar todo, y lave sabanas y colcha ya entrada la tarde, que ni de broma se secaron por lo que no me quedó de otra que dormir al puro estilo indigente, una abrigo que ya habrá que jubilar hiso las veces de sabanas. Una nochecita de esas para olvidar. Pero heroicamente presumo mi afán por pulir la casa de la risa, ahora entiendo el sagrado arte de mantener un hogar libre de ácaros. Son mis ídolos juveniles todas aquellas personas que se dedican a este noble arte de la limpieza.

Una vez dadas las introducciones no pedidas, tengo un malestar general y es que tengo todos los elementos necesarios para odiar a una personita. La verdad de las cosas es que el monito este se la pasó de altoparlante anunciando a todo Dios que estoy poseso de uno de mis demonios personales, algo mío que no comparto con el mundo más que con la familia, el se enteró y lo divulgo, ahora es cutre saber que los demás saben el contenido de mis secretos del que ahora escribe sin darme el derecho de defensa. Pero en vez de odiar, me puse a entender al tipito este y cuando no puedes perdonar una ofensa el otro camino que tiene es entender a la persona que te ocasiono daño, y por mí que se lo folle un pez, ha de tener un vida aburrida como para pasarla hablando mal de mí. Si eso lo hago yo solito. 

Al salirme de mi Guadalajara salí siendo domador de cocodrilos, estos siempre vienen despacio y nunca los ves, cuando no les tienes cuidado te comen tranquilos.

Pero en todos lados se cuecen habas, esos mismos hábitos sociales lo he encontrado en cualquier ciudad en la que he estado. Considero estrictamente mentira aquel dicho de pueblo chico infierno grande. Lo que he aprendido es que las personas grandes hablan de sus planes, las personas chicas hablan de lo que quieren ser y las personas estúpidas hablan de los demás estén donde estén, sin preocuparse por mejorar su entorno. La vida es un perra, hay que saberlo para provocar que te mueva la colita ¿no?.

Sé que vivo en sociedad y hay que ser sabedores que siempre habrá en tu vida tres tipos de personas:

1.- A los que les caes bien, que por lo general a ti también te caen bien.

2.- A los que les caes muy mal, que por lo general a ti también te caen mal.

3.- A los que les vales, que por lo general a ti también te valen.

Para que estar preocupadillo, por el daño moral que ocasionan las palabras traperas, si los hechos hablan por sí solos. 

Muchas personas gastan toda su vida pretendiendo aparentar lo que son, se les va la vida bailando en un vals de mascaras, cuidado la reputación y comprando indulgencias.

Yo por eso soy loco, por eso me gusta el whiskey miércoles y fiestas de guardar. Soy culpable de casi todo lo que se me acusa. . Defraude a todo el mundo, porque el mundo es un fraude. Y aquí estamos brindando con el diablo a su salud.

¿De qué me sirve  demostrarles que puedo ser todo lo que esperan de mi, si yo no quiero ser nada parecido a ustedes?. Sigan con su vida como la compraron o como se las vendieron. Yo a las damas les mando un beso que si son guapas dos, a los caballeros un abrazo fraternal que mientras ladran los perros yo sigo andando.