Retrospección es una palabrita
que no puedo llegar conjugar en estos días. Me Implica un viaje al pasado. Y el
pasado nunca es mi destino de viaje favorito, entrar al DeLorean era para mí una
estupenda manera de perder el tiempo. Para qué regresar a ser testigo otra vez
de lo que no puedes cambiar. Pero en estos días donde todo me gira y no puedo
encontrar las riendas de mi vida no tengo otra opción que no sea desenterar de las
neuronas aquellos eventos que marcaron mi actuar. Con suerte podre entender
porqué mi tendencia auto destructiva tan marcada. Podre entender porque el orden
de las cosas me produce una repulsión, porque me siento como el astronauta que
visita el mundo de los simios, porque rechazo hacer cambios en mi vida.
Sentado en la banca de ladrillos
afuera de las oficinas de los maestros de la escuela privada, en mi bolsa
derecha una cajetilla de boots rojos, en la otra una caja de cerillos flama y
en la cabeza un nido de golondrinas alborotadas. La bombera me abriga del frio matutino: ¿literatura
y letras? O ¿Derecho?, ¿Piscología? Tenía que escoger mi profesión justo ahí en
mi ciudad natal, con mis amigos de la infancia, el mundo entero espera una decisión
de esas importantes y yo comiendo mocos sin saber que madres quería que digiera
mi tarjeta de presentación. Y el mundo fue sabedor que una integrante más de la
humanidad seria Abogado de los caros.
Dos universidades de derecho, una
entrevista con un numerario que se creía descendiente directo de San José Maria
Escriba él tenía que decidir si mis huesos eran dignos de estudiar con ellos,
en teoría era cristiano apostólico romano en el hecho era un autentico hijo de
puta. Pero por mis kiwis entre para salir dos años después, deseando no saber
más de aquellos fanáticos del amor al prójimo siempre y cuando el prójimo sea
como ellos, porque si son diferentes hay que mandarlos a la hoguera de la santa
inquisición. Ser expulsado de una casa
respetada de estudios, fue la mejor cosa que me pasó. Ya era muy incoherente
como para adoptar otras incoherencias de los católicos.
Muchas veces me han dicho que soy
un diamante en bruto, yo siempre argumento que se lleven al diamante y me dejen
a él bruto. Que si la genética me ha favorecido y solo por eso hay que vestirse
bonito par ser galán de galanes, me declaro feo y con ganas de serlo. Encuentro
las tendencias de la moda como una entero desfile de telas, unas ajustadas
otras cuelgan, tapando lo que son, pretendiendo que son importantes por el apellido
que tiene la etiqueta de su pantalón, como vacas marcadas por un ganadero. Entiendo
y respeto la reglas sociales, pero no podre adoptarlas como mías, porqué no les
encuentro sentido. De que me sirve imitarlos si no me quiero parecer a ellos.
He traicionado muchas veces el
gusto de hacer lo que quiero, por es estúpido miedo del dedo índice de los jerarcas
sociales he irónicamente el mismo dedo no ha dejado de señalarme, es hora de yo
mostrarles el dedo, si total no se les das gusto. Todos tiene planes para ti,
tus papas tiene planes para ti, tus amigos tienen planes para ti, tu pareja
tiene planes para ti, la sociedad tiene planes para ti y lo sientes mucho
porque tu ya tienes tus propios planes. Hubiese sido el dialogo mantenido con
aquel estúpido niño de 17 años paralizado por el miedo.
No se puede cambiar lo que fui,
ni quiero cambiar lo que soy. Solo quiero vivir mi vida dame una chace estúpida
conciencia.
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