Viernes otra vez, yo cerrando una junta con los altos jerarcas de mi trabajo, fue duro hablar de leyes de aguas, agrumado por el futuro de la empresa, que al parecer todo está bien.
Pero mi alma, mis pupilas, mis pailas gustativas, mis 300 huesos, mis tendones, mi estomago, mis intestinos, mis dientes y todos los órganos que hacen a este tan de usted y tan de nadie sexy y barrigón querían dentro del sistema una sustancia mágica llamada whiskey. Llegamos al gran Oxxo que tengo en mis hectáreas de la casa de la risa, junto a las caballerizas, pasando los grandes sembradíos de grasa frita con grasas, es decir los miles de puestos que habitan en la hermosa Tacuballa lo que he denominado la aldea de la garnacha, donde se pelean todos los días el mercado del sobre peso de los mexicanos que ahí habitamos.
Invitamos a la casa a Juanito caminate, y unas letras del Joaquinito Sabina alegraron la tertulia, nuestros vasos nunca estuvieron vacios, el tin tin sonaban al ritmo de la “rubia platino” y otros grandes temas. Cuando Juanito el caminante estaba ya bien entrado en el torrente sanguíneo, me dieron unas ganas tremendas de disfrazarme, sombrero en cabeza, chaleco negro y pantalón negro, le dieron un toque gasterin al sexy y Barrigón.
Salí bastante contento a dejar que la noche me sorprendiera, nos dio la parada un Tsuru II pintado de amarillo. El destino era incierto, y para pronosticar la noche teníamos que visitar a la bruja de la mezcalería llamada la clandestina, al no encontrarla teníamos que rendir nuestros respetos al mezcal acompañado de café, que se juntó con el Whiskey dando como resultado una valentía heroica.
Tres señoritas estaban tomando en una mesa, yo y mi compañero hicimos la movida, me acerque con algún paro barato, risas y más risas. No sé si fueron mis fachas gasterines o las estupideces que salían de mi boca pero lo que si fue un hecho que las tipas pasaron un rato de risas y platica frívola.
De ahí el mezcal, recomendó buscar otro lugar, y fuimos a visitar un amigo llamado Don Quintin, en la entrada estaba custodiada por mandril de esos que tiene sus 5 minutos de fama, mientras te barren para medir el nivel socio económico se hacen los interesantes. Como no éramos pareja, se veía que esta el mandril en un estado de duda, no sabía si dejarnos entrar o no. Y yo con aires de Importante, risas y dos chistes después estábamos pagando los covers, que incluyen nada más el fagesito que te da el primo del mandril de la entrada.
Dos coquetos Lond Island te, hicieron que mi voluntad, mi deseo se encaminaran con un par de niñas guapas, pero lamentablemente mis piernas querían otro lugar. Como gran disimulo me acerque a las señoritas, las cuales estaban en un plan muy hostil, pero no hay nada que no sé pueda solucionar, tenia reservadas en mi sombrero una plática bastante buena, el resultado fue bastante bueno, dos horas después estábamos bailando salsa, Querido lector la noche nos quiso, Después de muchos bailes, risas, y sobre todo tres Mojitos me retronaron a casa en un BMW, dos niñas guapas.
Uno no sabe cuando el diablo se pone de tu parte. Citando al Sabina
Se Despide de usted, yo, lamento que no encuentren la anécdota buena, pero yo me lo pase re bien. Salud por ustedes y por las noches sin futuro de las cuales me he estado aficionando.
Pero mi alma, mis pupilas, mis pailas gustativas, mis 300 huesos, mis tendones, mi estomago, mis intestinos, mis dientes y todos los órganos que hacen a este tan de usted y tan de nadie sexy y barrigón querían dentro del sistema una sustancia mágica llamada whiskey. Llegamos al gran Oxxo que tengo en mis hectáreas de la casa de la risa, junto a las caballerizas, pasando los grandes sembradíos de grasa frita con grasas, es decir los miles de puestos que habitan en la hermosa Tacuballa lo que he denominado la aldea de la garnacha, donde se pelean todos los días el mercado del sobre peso de los mexicanos que ahí habitamos.
Invitamos a la casa a Juanito caminate, y unas letras del Joaquinito Sabina alegraron la tertulia, nuestros vasos nunca estuvieron vacios, el tin tin sonaban al ritmo de la “rubia platino” y otros grandes temas. Cuando Juanito el caminante estaba ya bien entrado en el torrente sanguíneo, me dieron unas ganas tremendas de disfrazarme, sombrero en cabeza, chaleco negro y pantalón negro, le dieron un toque gasterin al sexy y Barrigón.
Salí bastante contento a dejar que la noche me sorprendiera, nos dio la parada un Tsuru II pintado de amarillo. El destino era incierto, y para pronosticar la noche teníamos que visitar a la bruja de la mezcalería llamada la clandestina, al no encontrarla teníamos que rendir nuestros respetos al mezcal acompañado de café, que se juntó con el Whiskey dando como resultado una valentía heroica.
Tres señoritas estaban tomando en una mesa, yo y mi compañero hicimos la movida, me acerque con algún paro barato, risas y más risas. No sé si fueron mis fachas gasterines o las estupideces que salían de mi boca pero lo que si fue un hecho que las tipas pasaron un rato de risas y platica frívola.
De ahí el mezcal, recomendó buscar otro lugar, y fuimos a visitar un amigo llamado Don Quintin, en la entrada estaba custodiada por mandril de esos que tiene sus 5 minutos de fama, mientras te barren para medir el nivel socio económico se hacen los interesantes. Como no éramos pareja, se veía que esta el mandril en un estado de duda, no sabía si dejarnos entrar o no. Y yo con aires de Importante, risas y dos chistes después estábamos pagando los covers, que incluyen nada más el fagesito que te da el primo del mandril de la entrada.
Dos coquetos Lond Island te, hicieron que mi voluntad, mi deseo se encaminaran con un par de niñas guapas, pero lamentablemente mis piernas querían otro lugar. Como gran disimulo me acerque a las señoritas, las cuales estaban en un plan muy hostil, pero no hay nada que no sé pueda solucionar, tenia reservadas en mi sombrero una plática bastante buena, el resultado fue bastante bueno, dos horas después estábamos bailando salsa, Querido lector la noche nos quiso, Después de muchos bailes, risas, y sobre todo tres Mojitos me retronaron a casa en un BMW, dos niñas guapas.
Uno no sabe cuando el diablo se pone de tu parte. Citando al Sabina
Se Despide de usted, yo, lamento que no encuentren la anécdota buena, pero yo me lo pase re bien. Salud por ustedes y por las noches sin futuro de las cuales me he estado aficionando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario