ACOMÓDATE

Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







lunes, 27 de septiembre de 2010

El rey David.



Que tal querido lector, alguna vez fui niño, difícil de creer pero sí fui niño, lleno de imaginación, de juegos, mis juguetes. Tres grandes compañeros de risas y travesuras, mis hermanos. La historia que cuento ocurrió un domingo en que mi papá nos llevo a Video centro para rentar una película.

No había democracia, los cuatro hermanos queríamos películas diferentes, yo me acuerdo que quería rentar Rambo en beta, mi hermana alguna caricatura cursi, fue tal la pelea que mi padre ejerció su autoridad y el eligió “El rey David”, yo sinceramente estaba muy triste, y es que antes de el Video Centro llegábamos de misa, y yo: “Papá pero ya me chuté los pasajes bíblicos del padre, ya di la mitad de Domingo a la Iglesia, quiero ver a Rambo matar a los malos.”

De nada sirvieron mis argumentos infantiles, la sentencia estaba dada, se vería en casa de los Gallo Korkowski la película bíblica en el nuevo aparato reproductor de la casa que mi Papá justo había comprado en los Estates, una tele grande con todo y bocinas conectadas a la televisión.
En fin. Estamos toda la familia lista para ver al Rey David, palomitas, refresco, todo el Kit que mi santa madre nos había preparado.
Cuál fue mi sorpresa que apenas 10 minutos de película sale unas señoritas lindamente acomodadas totalmente encueradas en lo que pareciera un baño. Mi papá salta como gacela en las praderas del África virgen a tratar de apagar la tele, mi madre inútilmente quiere taparles los ojos a sus pollitos, y yo con malicia alcance a ver como el rey Salomón le hachaba mano a una de las señorititas empelotadas. Mi papá logró el objetivo apagó el televisor, pero o gran olvido el estero seguía a todo volumen reproduciendo los gemidos de la señorita y los pujidos del rey. En acto heroico de conservar las buenas costumbres de la casa, desconectó toda la luz del cuarto de la televisión.

Después de eso yo me quedé bastante contento por la selección de la película de domingo, mis hermanos se quedaron congelados, mi madre pálida como bóveda, un silencio en toda la casa, y mi padre dice. “Entonces que felipón quieres ver a Rambo matar a los malos?”.
No sé en cuanto tiempo llegamos otra vez al Video Centro todos los hermanos con su película favorita, helados del Bing, chocolates, y toda una gama de sobornos de mi pobre padre.

El problema fue cuando yo quería cambiar Rambo por el Rey David otra vez.

1 comentario:

  1. jajajaja buenisimo!! que buenos recuerdos de video centro, bing y las pelis con los papás.. todo un espectaculo!!

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