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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







miércoles, 25 de agosto de 2010

Puente de Dios

Estábamos en San Luis Potosí, el lugar mágico Puerta de Dios, o Puente de Dios, es un río donde hay un puente natural y no sé porque el agua es tan cristalina que pareciera que efectivamente la entrada al cielo está en ese lugar. Al viaje fuimos muchos amigos, nuestras edades oscilaban entre los 16 y 17 años, época en la que todo hombre tiene el alama mala, es decir buscas poner apodos, burlarte de las espinillas, de los pelos en donde antes no había y prácticamente de todo.

Pero la testosterona a lo que da, descubrimos que a un costado del río se encontraba un acantilado donde la hombría se tenía que definir en clavados. Unos metros bien, dos metros bien. Pero no sé porque carajos me di cuenta que había una rama que colgaba al vacio realmente estaba muy alto, la vista que tenia a mis pies fue un mapa literal así de alto vi la cosa, y por los ánimos de los amigos no había otra opción que saltar decían cosas tan de apoyo que Miguel Ángel Cornejo los hubiera utilizado en sus platicas “Joto”, ”Que se te caen las pelotas o que”, “si brincas tu brinco yo”. Total salté:

El sonido fue espectacular, el rio se aproximaba cada vez con más velocidad, ya casi ya casi, cierro los ojos, ponte firme, no te muevas, y plummmmmm el agua, pero no sólo fue agua, fue tan rápida la entrada y tanta la altura que quede con la cara encajada en una placenta de lodo, lo juro al día de hoy la sensación más espantosa que he sentido, desesperado, ves tu vida pasar, como pude salí a la superficie. Y cuál fue mi grata sorpresa al ver a cuatro de mis amigos trepados en la rama. Me grita uno. “Gallo ¿cómo está? Y yo amigo fiel le contesto un. “De Poca madre, tírate

La pobre alma saltó, y la historia se repite, se clava en el lodo, porque salió con una cara de miedo desesperado a tomar aire, pero yo, más rápido que una bala le comente” cállate pendejo que faltan los otros dos”, fue todo un éxito casi mato de un susto a los demás por ahogamiento.

Cabe decir que desde ese día nunca confiamos en la palabra de “está de poca madre.”

1 comentario:

  1. qué terror!!!! pero qué risa te ha de haber dado ver que todos cayeron igual mala gente!
    saludos!!!

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