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Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







martes, 31 de agosto de 2010

Gracias totales

Mucho me ha sorprendió las dos felicitaciones que me han dado por mi blog, y el día de ayer una señorita bastante presentable para este impresentable, me dio sus respetos y en mis adentros quiera decir: ¿Tus respetos? Mejor fáltamelo que desde hace un rato espero que me falten al respeto.
Y es la oportunidad para dar una explicación sin necesidad de darlas, en pocas palabras soy más culpable que Judas. Narro bien las historias y es por lo malas que han sido, pero no me quejo que al final este gallo tan tuyo y tan de nadie, canta todas las mañanas aunque no esté acompañado. Ahorra que en un contexto de honestidades fatales, no he entendido muy bien las palabrerías de libreros, o de literatos que de igual forma se agradecen. Pero yo escribo como me lo dictan mis musas, que hace tiempo se hacen mustias y me mandan al carajo o están en el cuarto de al lado con mi buen amigo Peñalosa. El sí que escribe muy bien. Con él las palabras bailan.

Me sorprende que escriba 11 párrafos, carajo me hacen falta unos 300 más, pero como lo tengo que censurar, por aquellos de las buenas costumbres, porque me ha pasado muy seguido, que por decir lo que digo sin pensarlo, he ofendido a unas dos personas.

En fin después de esta introducción a lo que vamos, me preguntaron ¿Qué si queda lejos de la casa de la Risa?, nombre que va, si eres magnate como yo con todo un flota de mercedes rojos con chofer denominados metro bus nada lejos solo 10 minutos, saben lo que es eso, wuaaaaaaaaaa, con decirte que no tengo mi bala de plata (mi auto) en esta ciudad porque realmente disfruto no manejar, el problema será cuando inicie de galán, que para ser el príncipe creo conveniente tener listo el corcel plateado, para rescatarte de la castillo, o del dragón o del alcoholímetro.

Porqué por mucho que me queje de la ciudad de México en mi pequeño Principado de Tacubaya tengo todo lo que necesito. Y hoy me quiero entregar a unos buenos tintos, vodkas, tequilas mezcales, rones, bueno todas las “felicidades” que se encuentran embotelladas.

Por la buena educación que me han dado los curas del Opus No Doy, me sostengo en este personaje de caballería ideado para no faltarles el respeto a las señoritas, pero pierdan cuidado que me voy a una mezcalería divina que se denomina la clandestina.

Dado que estoy cansado que la costumbre me lleve a lugares públicos y para romper con esta tradición me escapo a tomar por ahí

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