Me despertó una sensación extraña, eran como miles de hormiguitas que recorrían todo mi cuerpo, miles de patitas peludas me hacían cosquillas por cada polo de mi piel, estaba siendo despertando en un día gris que reclamaba ser pintado con muchos colores.
Al andar por la calle me dieron los buenos días cuanta persona pasaba por mi lado, tenía colgada en mi cara una amplia sonrisa y de mi garganta únicamente salían palabras-burbujas que hacían cosquillas en la nariz de quién las escuchaba.
En el inter saludé con afecto a dos fantasmas de neblina, me despedí de la luna. Trate de no molestar a los elfos que viven en el troco de aquel árbol viejo. Diminutas campanas sonaban en la mañana clara, un viento pasó remolineándome y despeinandome como invisibles manos de airecito juguetón que despertaron al gallito de mi pelo.
Al dejar mi habitación descubrí la vida que tienen las cosas. Ahí esta los zapatos que platican entre ellos, el mundo secreto que guardo debajo de la cama, las escaleras de caracol para subir al castillo de la bruja que monta un cometa regalando risas a los niños que sufren de mal humor. La epidemia que se va desatar de risa para todos los habitantes del mundo.
Entendí que tenía un cuento infantil en la cabeza, ¿Un libro que divierta? Tiene que ser una cosa seria. Lo único que tengo es una paleta de pintor con todas las tintas del universo, con todo el arco iris incluido y miles de kilómetros de papel blanco para llenar con palabras.
Mi cuento quiero que sea tomado por los pequeños lectores como su secreto, como el lugar donde se esconden los caramelos guardados con recelo para ser disfrutados sin que nadie moleste. Quiero llevarlos de la mano a un mundo no habitado antes. Repleto de todo lo imposible, respetando a los seres inexistentes para los ojos que no los quieren ver.
Por eso, ahora camino atrapando palabras bien elegidas para platicar historias que nunca sucedieron, no quiero explicar la realidad de las cosas, quiero destellar la imaginación para decir a que se parece vivir soñando. Porque los sueños nunca niegan la vida, la fortalecen.
Porqué un cuento para niños, porque les debemos mucho.
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