Estoy plagado de defectos: Prendo
un cigarro con la colilla de otro, el orden en las cosas para mí es un mundo
extraño, tengo una alma joven atrapada en un cuerpo viejo, solo se combinarme
con dos colores, me peino en las mañanas con agua y nada más, me baño dos veces
al día, he dicho mentiras, he apostado lo que tenia, no me la paso bien en una
fiesta si no tengo un vaso con whiskey en mi mano, siempre hago trampas para que
una niña no me ponga las maletas en la calle, tengo fobias muy extrañas, soy intolerante
a la impuntualidad y a los consejos, también he sentido como he cambiado mi
corazón por una piedra mojada.
No he podido callar a la conciencia que me reclama con dedo acusador por todas las faltas que comento todos los días. Yo quiero cambiar pero no encuentro razón para hacerlo. Si me caigo re bien con todos los defectos que tengo y los que me faltan por tener. Voy paso a paso a mi ritmo y a mi espacio.
Hay que mejorar todos los días, yo me he propuesto ser un uno por ciento menos imbécil cada día al final del año seré 365% menos imbécil de cómo inicie el año. Y estoy haciendo los cambios necesarios para mí y por mí. Nadie puede dar lo que no tiene, nadie puede cambiar por otra persona la superación personal inicia y termina en ti.
No soy propiedad de nadie y todavía no hay comprador para mi alma, siempre seré material para comidillas sociales.
Soy culpable de casi todo lo
que se me acusa, es más le voy dar más material para sus reuniones sociales,
cafecitos y cuanta reunión de víboras se les ocurra. Del uno al diez en los mandamientos de Moisés los he
faltado todos y de las leyes de civilidad me he defecado encima de ellas. Y aquí estamos
brindando con el diablo a su salud.
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