Perderlo todo a mi modo.

Me molesta tanto que me quieran cambiar, no me ofendo si me dicen sucio, si me lo gane a pulso el apodito, pues a pesar que me baño todos los días, mi camisa independientemente de lo que haga termina con rastros de todo lo que comí o bebí, la culpa la tiene este pulso de sonajero que el creador del universo me regaló.

Con el codo apoyado en una barra de algún bar, siempre estoy pepenando buenas pláticas. Me enfada la buena gente “decente” casi siempre gasto más de lo que gano. Tengo un problema de tabaquismo mayúsculo. Tengo muy buenos amigos, otros están esperándome en algún lugar del más allá. Tengo muy buenos enemigos. Tengo una manera muy particular de ser abogado. Otra nueva adicción de escribir tonterías casi todos los días y los kiwis necesarios para presumir mis muchas faltas de ortografía y mi mala dicción.

Tengo una memoria envidiable para los bueno chistes y para las cosas malas que dicen de mí, pues de los primeros siempre me acuerdo de lo segundo casi nunca. Me embarque si pensarlo mucho a cambiar de ciudad, de trabajo, de novia de amistades de todo para demostrar que no importa mucho lo que la vida me lance en el momento justo de los golpes estaré milagrosamente bien.

Tengo todo y no tengo nada, mi mudanzas siempre son cortas pues no poseo mucho de bienes, tengo el potencial de ser millonario, o ser el pobre más rico del mundo.

Me encanta gastar con amigos en amigos y planear sin motor. Vivo el día día. No por cuestiones filosóficas sino porque así es mi vida. Tengo muchas cosas que cambiar, muchos perdones que ofrecer, muchas cosas que lamentar, muchas muertes que llorar, muchos amores que recodar, muchas personas que recuperar. Mucha hambre, mucha sed. Muchas estupideces acumuladas en años de vida. Muchos besos robados, muchas risas compartidas, muchas mañanas al sol, muñas noches sin dormir, muchos miedos superados. Que vida tan maravillosa he tenido que joda que no me di cuenta antes.

Tengo ganas de perderlo todo a mi modo, y recuperarlo otra vez. No quiero tener una vida para llenar un casa con cosas que creo que son mías después de muchos pagos y al final se las quedara quién sabe quién o se perderán en el tiempo. Quiero una mujer que mantener contenta, unos tantos críos que maleducar, unas tortugas fieles como perro, unos amigos que quieran como soy porque yo los quiero como son. En fin quiero lo caro, pues lo barato se compra con dinero.

Ahora que unos cuentos pesos de más a nadie le caen mal.

Se despide este millonario aunque no lo sepan mis lindos acreedores.

Tan sexy en marte como nadie más lo es.

Uno que les escribe con cariño.