Semana santa, otra vez, yo terminado lo mejor que se puede los pendientes de la oficina ya que se tiene que hacer lo de cinco días en tres, sumándole la grande antipatía de los trabajadores pues se sienten ya con un pie en la mar, en el bosque o en algún otro destino turístico atiborrado de almas pecadoras. Hacen el trabajo más pesado.
Mi alma, mis pupilas, mis pailas gustativas, mis 300 huesos, mis tendones, mi estomago, mis intestinos, mis dientes y todos los órganos que hacen a este tan de usted y tan de nadie sexy y barrigón quiere dentro de su sistema una sustancia mágica llamada whiskey. Adquirido en la tienda de exclusividad denominada Oxxo que tengo en mis hectáreas de la casa de la risa, junto a las caballerizas, pasando los grandes sembradíos de grasa frita con grasas, es decir los miles de puestos que habitan en la hermosa Tacuballa que he denominado la aldea de la garnacha donde, se pelean todos los días el mercado del sobre peso de los mexicanos que ahí habitamos.
Tendré fiesta casi todos los días a Junito caminador, y unas letras del Joaquinito Sabina alegraran la tertulia de estos días santos, espero que mi vaso nunca este vacío, el tin tin de los hielos harán compañía a el ritmo de la “rubia platino” y otros grandes temas.
No tiene nada de malo quedarse en santa a disfrutar esta ciudad vacía, he de caminar como fantasma en la ciudad. Sin tráficos, sin chocar con las miles de almas que camión aquí. Me gustaría tener visitas, de tierras lejanas quién sabe todo puede pasar.
He de aprovechar el tiempo, haciendo cosas que no son de provecho. Bueno me despido esperando tenga usted la semana santa más lindas de su vida.
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