Lo malo es que sobrevivir es vivir para morir con miedo.

Estoy aquí entre tantas páginas blancas, blancas como el negro fututo que me imagine

¡terrible mundo feliz¡ intento vagamente retener el tiempo que pasa, eternizarme o ser una clase de inmortal, que suena a lo mismo pero ni de coña es lo mismo. Mi porvenir lo trato de derramar a fin de continuar viviendo, darle vida, ahorcar a la muerte de cada momento de mi vida, que nadie se muera .A las personas que quiero les tengo estrictamente prohibido morirse incluso si es de causa naturales.

Trato de consolarme en mi destierro, este destierro que quiero llamar “oportunidad”. En este destierro he tenido experiencias íntimas, hasta religiosas y aun debo darme muchas explicaciones.

Y si me dicen "¡esto va a durar todavía mucho, por las prisas!" yo: "¿cuánto? ¿cinco años más, veinte?, supongamos que veinte; tengo veinte y diez, con veinte más, treinta y veinte; pienso vivir noventa; ¡por mucho que dure yo duraré más!"osea que hay mucho tiempo de sexy y barrión para rato.

Oh santo patrón de almas solas San Antonio, podrás bajar de las alturas para decirme como decirle adiós a la mediocridad, no hay reversa no hay futuro el cielo está en obra negra, el pasado lo he rescrito lo que tengo es un hoy un eterno hoy seguiremos bailando con extraños todo los días.

He sido culpable de estirar la verdad, pero no miento y además este pecado no es tan malo cuando lo piensas. Me he trapaceado como mis palabras muchas veces tragando le veneno que va escondido en ellas no es delito estar vivos y tener que afrontar todas las consecuencias que resultan del proceso del intercambio de gases.

No soy de esas de personas que se arriesga mucho, trabajo vivo y respiro en esta jornada de 9 a 5 y suelo confundir el vivir con el sobrevivir. Lo malo es que sobrevivir es vivir para morir con miedo.

Maldita visitas a Guadalajara me están poniendo muy melancólico.

Tenga usted y los suyos una muy santa semana.