el Gran H. P.

 

Foto: Andrea Tejeda Korkowski

No sé si te pueda gritar más fuerte, no sé cuantas veces te he dicho que te largues, eres capaz de hacer cualquier cosa, ¡cualquiera¡. Pues destruirte todos los martes para reconstruirte el viernes. Pero por favor no te rindas. Siempre he querido que te mueras, sé que te reprocho muchas cosas y he dicho muchas cosas que te insultan, has de perdonarme por cortarte en mil pedacitos y empeñar tu corazón en algún mercado de pulgas. Pero por piedad no te me rindas.

Siempre he dicho que no me importas y no te necesito, pero sabes que solo cuento con usted. Cómo puedes ser tan repugnante. Qué haces para actuar de esa manera tan cobarde porque tienes este afán de destrozarte todos los días, pero por favor no te rindas. Nunca me he atrevido a decirte en las mañanas lo bien que me caes y regalarte una sonrisita de complicidad y que no puedo vivir sin ti, aunque eres mi peor enemigo.

Te he visto recoger tu dignidad del bote de basura, una vez y otra vez sin reprochar. Pero por favor no te rindas nunca. He sido el Juez más hijo de puta, el fiscal más severo y de vez en cuando tú abogado y jamás puede ser justo en ninguno de los papeles que me tome la libertad de hacer. No merezco decírtelo pero por amor a todos los santos del cielo no te rindas siempre te voy a necesitar.

Querido enemigo he de confesar que por más que me empeño en hacerte tu vida miserable, buscas esas extrañas maneras de sobrevivir mis embates con una fuerza extraña que podríamos resumir en: “mañana Dios dirá, y si no dice, le llamamos por teléfono para preguntarle”. Cuando te doy argumentos para sentirte sólo aparece de la nada y sin que lo merezcas algún buen amigo de eso que tienes. Pocos pero buenos. También te confieso que te he admirado, pero has de entender que por ley de vida estoy programado a destazarte y he ganado un par de veces, pero por piedad lo ruego no te rindas.

Es hora de fumar la pipa de la paz querida enemigo, deja de molestar y ponte de mi lado…

El espejo no dice nada, solo se empaña con mi aliento.

No sean tan malos con ustedes mismos así lo queremos como son su “mi mismo” y este tan de usted y de nadie Sexy y Barrigón.

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