No tengo la menor idea de lo que
soy y menos de lo que quiero ser. Mi vida ha sido un continuo carrusel de
espejos mentirosos y la misma tonadita de feria. Este martes que me gustaría desaparcar
como el humo del cigarro. Hay días como estos días en donde el tiempo te
acuchilla la espalda. Ahora escribo con tristeza, de qué se siente triste uno
que escribe. Quién sabe, pero no por ser injustificada deja de ser real.
Sentí la imperante necesidad de
dejar de escribir mi bitácora del viaje a las Europas. Tal vez necesitó dejar
constancia de este sentimiento cutre, vamos no es de preocuparse todos tenemos
estos días grises que hay que levantar. Nuestros cinco minutos de pánico, de incertidumbre
No busco que nadie me entienda,
si no me entiendo yo. Debe de ser un sentimiento pasajero como las ganas de
hacer del baño. Todo va bien y no encuentro una razón justificable para poner
un letrero fuera de mi casa que diga que hoy no estoy para nadie. Pero siempre habrá
quién se ofrezca a poner su hombro para recargar la cabeza llena de telarañas mentales
y eso hace la vida soportable.
Todos tenemos historias ocultas
no aptas para menores de edad. Yo me cargó unas cuantas, tal vez sea que
necesito un montón de horas acostado en un diván. O tal vez este expiando los últimos
gramos de miedo de mi vida.
He sido reflejo de la angustia
ajena, me he visto en aquel que ya no quiere estar a un lado de la persona que
juro amar para siempre, o del que siente que está en la vía incorrecta de la
vida, el que siente crispar los nervios por no saber llegar a fin de mes, el
que hace estupidez con los ojos abiertos, el que sabe que va desilusionar pero
hay que intentarlo, el que no sabe cómo abordar una mujer en un bar, aquella
que se siente al verse al espejo y verse más, a eso que se siente tener que
sacar una sonrisita cuando lo que se quiere sacar es un dedo, a eso de tomar la
decisión de compartir el tiempo, a eso de verse viejo sin pareja. Eso para mí es la puta Angustia.
Por lo mismo tengo que escribir
de ella, tengo que separarla por partes, para saber que parte de nuestro
cuadril se estropea con la necesidad de
pensar que el fututo viene mal, cuando nunca llega el maldito fututo, estiramos
la pata en el presente. Venga sentimiento de cuerdas de guitarras enredadas en
mi garganta hagan el favor de salir de mi.
Nada que yo pueda hacer, solo vivir lo que me queda. Aunque este
día hubiera querido desaparecer.
Estar atrapado en tu propia vida sin salida. Conozco el sentimiento.
ResponderEliminarMis cinco minutos de pánico, incertidumbre y angustia se han convertido en años =(
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