ACOMÓDATE

Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







lunes, 27 de febrero de 2012

Crónicas Chilangas.



Ten cuidado querido amigo, porqué en la ciudad de México tus amigos son medio tus amigos y tus enemigos son de verdad. Fue la sentencia que me dio un señor tapatío al momento que le comenté que me tendría habitar la ciudad capital de mi querido País.

Se equivocó en parte, en esta ciudad encontré no solo buenos amigos sino que unos en tiempo record se han convertido en hermanos.  Me refiero a ese sentimiento muy a la mexicana donde se supera el sentimiento de amistad y los extraños se convierten en amigos y de amigos se hacen acreedores si es necesario hasta a un riñón. Si me hubiesen dicho que encontraría tan buenas amistades seguramente me hubiera escapado antes a vivir en el bendito anonimato que ofrece este lugar para los provincianos que escapamos del nido materno en busca de nuestro propio camino.  

También me he topado con cada ejemplar capitalino, en donde con gusto les aplicaría aquel lema ochentero que rezaba “Has patria y mata a un chilango”. Muchos tipos y tipas que les he deseado el aborto retroactivo.

A casi cuatro años de fuga, cada que visito Guadalajara a una boda me preguntó ¿Qué hago en México?. Si aquí todas las tapatías son lindas de forma y de modos. Pero tenía que probar fortuna y sé que muchos aseguran que no he de volver. 

Ahora que lo reflexiono mi quedada en esta mi cloaca prefería. Sé que se debió a cuestiones amorosas. La primera fue una sentencia de autoexilio, estaba enamorado hasta el hueso y sentía que mi tierra natal solo recibía lindas críticas aunado a que la señorita que en ese tiempo fue dueña de todo lo que tenía, que no era nada pero todo se lo di (1). Se lo pasaba en otra ciudad y una vez me entere que se la pasó mejor con otro tipo que no era yo. Apestado ante la sociedad, sin trabajo, humillado y descorazonado, tomé la fácil decisión de: ¡Vámonos a la capital a probar suerte¡. Después ella se enamoró de mí o se encapricho, nunca supe distinguirlo. Pero ya estaban muy dolidos mis huesos como para dar más besos y de cargar rencores baratos.  

Cuándo creía que terminaba la aventura, el Caribe me presentó a otra señorita chilanga tapatía que en cuanto la vi, mi corazón se revolcó en su propio eje y con un solo beso de elevador, me motivó a la segunda sabia decisión de quedarme, para ver si podría quedarme con ella una buena temporadita, solo fueron dos o tres meses pero valió la pena haberlo intentado, nunca he encontrado una buena excusa para cambiar que no sea por amor y por ella quería cambiar no solo de hábitos sino hasta de lugar de residencia. Lástima que no pude ganar la partida incluso teniendo la mano ganadora.  Nunca puede cambiar el “no te creo nada” por un “te quiero así”.

 Después llegó la época de las princesas y mi coraza sentimental. Por más que quería y deseaba enamorarme me llegaba ese sentimiento cutre de querer dejar el mundo por las señoritas pero después me aburría y sabía que no eran para mí. Amor fugaz, amor momentáneo pero al final amor.

Por ser así cause daño y tendría que decir que me arrepiento, pero sería tan falso como lo es un billete de treinta pesos. No me siento orgulloso de mis patanadas, pero soy gran fan de mi derecho de buscar la media naranja aunque en el inter exprima o me expriman unas mandarinas.
Ahora soy feliz entre contratos y la búsqueda de mi raquítica vena artística.
Y a usted? Cómo lo trata la vida.

(1).-Este lema se lo robe al Sabina y él se lo robó a José Alfredo Jiménez.        

1 comentario:

  1. la vida a todos nos trata igual.
    la pregunta es: ¿cómo vas a tratar a la vida?

    ResponderEliminar