ACOMÓDATE

Llevaba mucho tiempo sin sacarme de las entrañas las palabras y es verdad que me han costado mucho, porque yo no sé hacer bienvenidas, ni despedidas. Pero la cosa no es ponernos cursi, espero que disfrutes el fascinante mundo de este Sexy y Barrigón. (Si no disimula.)







miércoles, 17 de noviembre de 2010

La locura de un amor bastante imprudente

Fue la locura de un amor bastante imprudente, lo que ocasionó que me atara a la bella Tacubaya.

Y aunque las personas vertieron su veneno, siempre quise estar a su lado.

Las historias inician donde tienen que iniciar, y esta inició a miles de kilómetros en una ciudad denominada… “no me quiero acordar”. Un amigo siempre me comentó “no importa lo que hagas, cuando la patada va directo a tu trasero ni aunque lo frunzas".



Y así fué como me patearon directo en el trasero, podría decir que en el corazón, pero estoy un poco cansado de cursilerías.

Pasó hace años, y no creo poder hacer justicia a la verdad, lo que platicaré será como lo recuerdo, posiblemente no como sucedió.



Para Navidad, viaje familiar, se escuchaba bastante bien, pero quién me hubiera podido advertir, que en ese viaje me habrían de robar una por una, las pocas neuronas con las que Dios dota a los rubios como yo.

Ella es de esas niñas guapas con malos gustos, no sé porque le gusté. Dicen que la primera impresión no se olvida y creo que mi look fué ridículo, imaginense: bombín camisa a cuadros fue lo que le gustó. Cuál fue mi sorpresa cuando me comentaron el chisme siniestro, las niñas han opinado y tú le gustas a la susodicha.


Realmente nunca me la creí, yo gustarle a una niña con esas características ni en 20 años con dosis de Gym “all the time”. En fin unos de mis primeros acercamientos fue bastante malo, eso del ligue nunca se me ha dado, soy tan torpe como un quinceañero queriendo desabrochar un bra. Pero ella olía a lo que los ángeles tienen que oler. Tenía que hacer algo, quería que me mandara al diablo para cerrar ese capítulo, pero no lo hizo, la verdad no sé porque.

Durante los siguientes cinco minutos sabía que mi vida estaba a punto de cambiar, y me aventé un comentario digno de ser copiado por los grandes poetas, inició: “Mira tienes una calavera en tu camisa, y a mí me encantan las calaveras”. Ella me ve y me sonríe, carajo me sonríe como nadie lo había hecho y ahí fue cuando sentí la flecha clavada, la adrenalina se dispara, sentí esas cosquillas por todo mi cuerpo, tengo que mantener distancia, soy un intenso de lo peor y realmente no quiero regarla con esta niña. Así que me escapé de ella todo el día.

Pero en la noche después de la cena con la familia, ahí estaba ella, tan linda como una mañana con tabaco, en el antro, acompañada por unos cuantos galanes, estaba ella con un tipo de esos fornidos, ella tenia una cara de “compadre me estas realmente aburriendo”, detecté que el fornido sudaba como puerco, yo de ahí tome mi otra frase, llegué con miedo pues si el tipo se ponía bravo me iba a poner como una aparición de Santo Cristo. Pero la frase enamorada fue robada de un comercial de desodorante “compadre si ella suda es sexy, pero cuando tú sudas apesta.” El tipo me ve con una cara de ¿Qué?, y yo pretendiendo que soy hijo de Van Damme, con el exterminador. y no me dejaran mentir el desconcierto siempre desconcierta. Pero no pasó nada violento, la niña me tomó de la mano y me llevo a la pista, claro antes habíamos pasado por un par de traguitos coquetos.
Yo en medio de la pista, cuando me acuerdo que para bailar tengo la gracia de un mono de circo en ayunas, pero los dioses del baile fueron bondadosos cuando no sé a base de que….

Querido lector me encontré este escrito de hace un buen rato, y de verdad como dice Joaquin Sabina, termina tan triste que nunca la quise terminar.

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