forjar el carácter y la opinión pública.

Siempre hay que tener más cuidado en forjar el carácter, que la opinión pública que puedan tener de ti, el carácter es real y la opinión de lo demás es tan cambiante como es el clima.

Uno de mis motivos de exilio voluntario de mi Tapatilandía linda fue eso, escapar de las opiniones sin aviso y de un tajo, y encontré un lindo refugio en la hermana república de la torta del tamal. Y en esta epifanía me he encontrado con mucha buena gente “chilanga” que escuchó mis quejas y me convida a sus fiestas, y supongo que no sé cuánto le deben mis emociones y mi vida a mi ciudad. Es una deuda cada vez mayor, pues desde mi primer día nunca me he querido desaparecer.

Me ha constado mucho el vivir lejos del nido de los gallos, donde tenía todo, ahora que logro mis cosas, pocas pero buenas, me he dado cuenta que el proceso de desteta miento ha dado sus frutos, No me declararía satisfecho con los resultados de mi vida, no ocuparía esa palabra. Pero sí me atrevería a decir que estos casi tres años de chilango incomprendido han valido la pena.

Cada error me dejó una gran experiencia y aprendizaje. Ahora me ocupo de no volver a distraerme y cometer los mismos errores. La experiencia es una cosa maravillosa. Te permite reconocer un error cuando vuelves a cometerlo. Pero ahí vamos.

El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y de correr el riesgo de vivir sus sueños, mi sueño de fuga de tapatía por una cuestión tan banal pero tan profunda con el que dirán, ahora se ha convertido en una lucha por el carácter. Sé que puedo tener muchas cualidades, Y voy a ponerlas en práctica, lo que sea. Por lo menos ya no dejo una escena de crimen cada que tomo un baño.