Vivimos en manada

 Charles Bukoski advirtió: “Cuidado con aquellos que buscan constantes multitudes; no son nada solos.”

Este borracho por convicción es un sabio, cuando el hombre acude a multitudes tiende a animalizarse, falta ver el comportamiento en los estadios, en los conciertos o en los mítines políticos para ver como las personas se convierten en parte de una jauría. Capaz de devorarse los unos a los otros sin sentir culpa. 

El soportarse a uno mismo, es todo un arte que pocos son capaces de lograr, requiere mucho grado de conciencia. Vamos se tiene que gastar mucho tiempo en pensar. El problema de pensar en lo que piensas, es que es una actividad peligrosa para los locos y para los que no saben hacerlo.

 Un pensamiento erróneo o mal fundado es la diferencia entre la libertad y la cárcel, entre la vida y la muerte. ¿Qué consigue un hombre al pensar? Problemas. Y los Problemas van de nuestra mano todo el camino. Hablo de los pequeños dolores de la vida, aquellos que nos han de acompañar nos guste o no.

 La sociedad se fundó en bases falsas, todo son pretextos ilustrados para conseguir sobrevivir como especie. Cuanto más te alejas del pensar como manada más libre eres, pero también te llevas las consecuencias de la soledad. No siempre que estas solo estas mal y no toda las persona que te quiere ayudar es tu amigo.

La clase gobernante exige una obediencia pasiva e infantil, para cambiarla por cosas que sirven para doparnos y para encontrar factores externos que nos quiten las ganas de aprender a pensar. 

 Tenemos empleos, vamos al trabajo y regresamos de él  en autos, autobuses y metros. Todos atestados; a duras penas tenemos un minuto que podamos llamar nuestro minuto. Y dicen que ser naufrago es una tragedia, hay que checar nuestras prospectivas.

Al final de cuentas vivimos en manada, pero no tenemos porqué portarnos como en tal. A saber qué quiero decir, si me entendieron hay me lo explican.